La opinión pública nariñense se sintió burlada por la actitud que demostró el primer mandatario Camilo Romero Galeano, quien tenía que comparecer a una audiencia de imputación de cargos el pasado 1 de noviembre, que tenía que ver con la presunta ilegalidad en la comercialización del aguardiente de Nariño.
Los cargos que el ente acusador le imputa son: falsedad ideológica en documento público, peculado por apropiación en beneficio de terceros, interés indebido en la celebración de contratos, contrato sin el cumplimiento de los requisitos legales y revelación de secreto. La Fiscalía llegó a estas conclusiones después de haber realizado una investigación, que incluyó allanamientos de varias dependencias administrativas del departamento, que se realizaron después de aceptar una demanda en la que los querellantes denunciaban una serie de irregularidades en el proceso licitatorio de la venta para la distribución de 80.000 cajas de aguardiente.
El llamado a audiencia lo realizó la Fiscalía con el suficiente tiempo, como para que el primer mandatario se preparara. Romero Galeano el día de las Brujas trinó diciendo “Mañana me imputarán por el delito de pensar diferente. Un nuevo pulso contra el poder tradicional de nuestro país”. Ante el cual las redes se dispararon, pero una respuesta que llamó la atención era la que decía: "Mañana imputarán cargos a Romero 'por delito de pensar diferente'. Diferente al Código Penal, a la Ley de Contratación y al Estatuto Tributario de Nariño".
Una hora antes de la audiencia, el primer mandatario del departamento informó a través de dos trinos que el abogado que lo iba acompañar le había renunciado, pero que sin embargo él se haría presente. Luego envió el último mensaje “Se aplaza audiencia de imputación. magistrada toma decisión como garantía al derecho a la defensa. El 29 de noviembre estaré presente!”
Memes, reflexiones muy agudas referidas a la ética y honestidad continúan publicándose después de conocerse este trino. Chucho Martínez, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Nariño, apartándose un poco de la simple triquiñuela jurídica, de manera aguda manifestó: “Más grave que las sanciones de la justicia y las artimañas al estilo Moreno Rojas, es la falta de censura social por parte de una sociedad pacata que se acostumbró a ser gobernada por la mediocridad”.
En este país de cafres, todo es posible, solo que a los nariñenses les duele que después de dos décadas de gobiernos diferentes, altamente apartados de la politiquería y la corrupción, esté gobernando un personaje que desconoce la idiosincrasia, gobierne con los “brujos” como llamó en su momento Navarro, a los representantes de los partidos tradicionales y sus engendros y que haya impuesto un estilo de gobierno, donde el clan familiar está en primera línea.
La agonía cardíaca se alarga, y quienes saben de este tipo de estrategias dilatorias, han planteado que como están las cosas, el proceso se alargará hasta el próximo año, cundiendo entre la población una incertidumbre de gobernabilidad bastante grave.
