En nota periodística de mayo 20 de 2015 formulé un llamado a las autoridades locales sobre la dramática situación de los adolescentes y jóvenes de la comuna doce de Pasto. Pues bien, este llamado fue atendido por la Alcaldía Municipal de Pasto a través de la Dirección Administrativa de Juventud. Tuve la sorpresa de la llamada de una de sus funcionarias quien me informó sobre la preocupación de esta dependencia y su deseo de iniciar inmediatamente “estrategias que favorezcan la educación, la salud y la calidad de vida de los jóvenes residentes en estos barrios que se encuentran en situación de riesgo”.
En compañía de tres funcionarios de la Oficina de la Juventud, de la personera estudiantil y del rector de la I.E.M. Artemio Mendoza Carvajal, Francisco Juajinoy España, iniciamos un recorrido por los diferentes barrios que conforman la comuna doce de la ciudad de Pasto, de las sedes de la institución educativa y visita de líderes comunitarios de la zona, quienes manifestaron su satisfacción por la presencia de los funcionarios de esta dependencia de la administración local, exteriorizaron sus preocupaciones y plantearon las necesidades de los jóvenes y adolescentes del populoso sector.
Vimos a unos funcionarios de la Dirección Administrativa de la Juventud comprometidos y entregados con su labor, consecuentes con su compromiso y dispuestos a formular y ejecutar estrategias que permiten la recuperación y la prevención de jóvenes y adolescentes que por falta de presencia estatal y ausencia de programas son víctimas fáciles de bandas organizadas, pandillas y expendedores de sustancias sicoactivas. Gracias a su presencia muchos líderes comunitarios empezaron a organizarse para brindar su respaldo a estas iniciativas de la administración municipal. Se espera la presencia igualmente de otras entidades y organizaciones encargadas de velar por el bienestar de jóvenes y adolescentes, de la empresa privada y de fundaciones cuyo propósito es buscar el bienestar de este sector poblacional.
Si bien es cierto que la fuerza policiva o la represión son importantes en determinados momentos y circunstancias, también es cierto que para los jóvenes y adolescentes es prioritaria la presencia efectiva y decidida de las autoridades civiles con programas deportivos, recreativos, educativos y de salud. Para los cientos de jóvenes que deambulan por las calles en compañía de otros adolescentes todo se debe a la falta de voluntad política que permita la destinación de presupuesto para sus inquietudes juveniles. Los muchachos de los barrios El Paraíso, Las Orquídeas, Manantial, Sindagua, Nuevo Sindagua Y Carlos Pizarro ven con sus propios ojos la dramática situación en que día a día crece el número de pandillas, de bandas y de organizaciones juveniles que extraviadas y solas buscan equivocadamente en el alcohol o los sicoactivos una forma de diversión y recreación y solicitan una mano amiga que les permita vislumbrar nuevos estilos de vida con mayores promesas y mejores resultados existenciales.
Excelente la participación decidida de la administración municipal, de la Dirección Administrativa de la Juventud, de los líderes comunitarios, de los docentes y directivos docentes que se han propuesto recuperar a estos jóvenes y adolescentes con programas sociales y educativos. Invitamos a otras empresas, a nuevas organizaciones y entidades para que aporten su granito de arena, entre todos podemos sacar adelante a estos jóvenes que con su actitud imploran a gritos la presencia de redes de afecto y solidaridad.
Igualmente abogamos por los niños de la Escuela Carlos Pizarro ante la ausencia de recursos educativos, libros, elementos lúdicos y alimentos que favorezcan su crecimiento y desarrollo. Estos niños deben constituirse en un semillero de vida y esperanza, en una promesa para su gente, su familia y su sociedad. Pero eso únicamente será posible si no los dejamos solos, si les facilitamos y brindamos nuevas oportunidades, si construimos nuevos y renovados caminos por los cuales sus huellas sean el testimonio de una sociedad culta y civilizada.
Gracias a la Dirección Administrativa de la Juventud, a su equipo humano y profesional, a su directora y sus asesores. Su presencia alienta nuestros esfuerzos, alimenta el alma de cientos de jóvenes y adolescentes que sienten la mano amiga de una administración que posa sus manos para aliviar y sanar sus heridas existenciales.
Pablo Emilio Obando
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