Tardaron 77 días en encontrarlo, pero estaba muy cerca. A unos 300 metros del lugar de la Patagonia en el que desapareció Santiago Maldonado el 1 de agosto, la policía encontró un cadáver. Aún no se ha confirmado que sea el del desaparecido, pero parece la opción más probable. Un miembro del Gobierno señaló a EL PAÍS que, a la espera de la confirmación oficial, todo indica que es él. El cuerpo apareció en el río Chubut, que había sido rastreado sin éxito varias veces desde la desaparición de Maldonado, el 1 de agosto, cuando participaba en una protesta de apoyo a un grupo de mapuches que han ocupado una finca del grupo Benetton. El asunto del último desaparecido ha generado multitudinarias manifestaciones y ha monopolizado durante semanas la política argentina. La noticia llega a cinco días de las elecciones.
La posibilidad de que el cuerpo de Santiago Maldonado estuviera en el río estuvo encima de la mesa durante mucho tiempo, pero todos los intentos de encontrarlo con buzos especializados fracasaron. Por eso los grupos de la oposición y la familia de Maldonado insistían que para ellos la principal hipótesis era que la Gendarmería, la policía que intervino en la operación contra los mapuches del 1 de agosto, se lo había llevado secuestrado y había escondido el cadáver.
Las sospechas se mantienen y será difícil disiparlas del todo en un país acostumbrado a desconfiar de las autoridades y apasionado por las historias de operaciones de servicios secretos para alterar la realidad. De la misma manera que digan lo que digan los expertos, millones de argentinos tienen su propia opinión sobre lo que pasó con el fiscal Alberto Nisman, que apareció con un tiro en la cabeza en enero de 2015, diga lo que diga la autopsia de este cadáver localizado ahora algunos seguirán pensando que la Gendarmería se lo llevó y después colocó el cuerpo en el río.
El comunicado de la familia, sin decirlo expresamente, apunta en ese sentido, al señalar que la zona en la que apareció había sido revisada "en tres oportunidades" por los buzos de la policía.
El primer juez del caso Maldonado, Guido Otranto, fue desplazado precisamente por apuntar esta hipótesis. Dijo que en su opinión lo más probable es que Maldonado se hubiera ahogado. Esa idea generó una indignación en la familia de tal calibre que finalmente el juez fue apartado de la causa. La clave ahora será si Santiago Maldonado, que no sabía nadar, fue golpeado antes de morir, sufrió algún tipo de violencia que lo llevó a perder la conciencia o simplemente se ahogó.
Como es habitual en Argentina, todo en el caso son cabos sueltos que generan sospechas. Sobre todo llama la atención que no se localizara el cuerpo en una zona tan cercana a la de la desaparición. El río tiene 800 kilómetros pero en esa zona no es especialmente caudaloso, lo que en un principio hizo descartar la hipótesis del ahogamiento. Argentina estaba en pleno invierno cuando desapareció Maldonado, en agosto, y el agua estaba muy fría.
Lo que también es cierto es que el río está lleno de ramas y árboles inundados en esa zona que complicar un rastrillaje y hacen que un cuerpo pueda quedarse enganchado en cualquier lugar. En cualquier caso será muy difícil disipar las sospechas tras 77 días de fracaso en la búsqueda. La aparición de confusos mensajes de audio de varios gendarmes en los días siguientes aumentó las sospechas de una desaparición forzada y la protesta contra la Gendarmería.
El asunto se convirtió en una cuestión de Estado que amenazaba la carrera política de Patricia Bullrich, la ministra de seguridad, la que más se implicó en negar cualquier responsabilidad de la Gendarmería en la desaparición de Santiago Maldonado. La aparición del cadáver debería resolver muchas incógnitas, aunque las respuestas no satisfarán a todos. Un perito de la familia inspeccionará el cadáver y verá las labores de autopsia.
En cualquier caso este tipo de situaciones es relativamente frecuente en Argentina, un país donde las especulaciones son la norma. En julio pasado desapareció en el delta del Paraná una avioneta con tres personas a bordo. La aeronave no aparecía y se desataron todas las hipótesis, incluida la de que sus miembros eran narcos que se habían escondido en Paraguay. Sin embargo, casi un mes después, en un lugar que en teoría había sido revisado varias veces, apareció la avioneta semisepultada en el barro del río y los tripulantes estaban allí. Las familias, desoladas, exigían sin éxito a todos los que lanzaron teorías especulativas que se retractaran