En la construcción de la tarifa de energía o Costo Unitario (Cu) de cada Kilovatio-Hora (KWh) participan diversos componentes entre los que se destacan: costos de transmisión de energía, costos de distribución, costos de generación, costos por pérdidas, restricciones y dependiendo del estrato socio-económico, costos de subsidio o contribución.
En la investigación presentada en julio de 2015 por el profesor Guillermo Vélez de la Universidad de EAFIT se puede observar, en el contexto del promedio nacional, que el componente de Generación de Energía en la tarifa era del 36,8% en el 2012 mientras que para el 2015 subió al 39,2%. En otros términos por cada 100 pesos de energía que se pagan en el país, en promedio, $39,2 corresponden a costos de Generación.
Dicho estudio también muestra que el Costo Unitario (Cu) promedio nacional para el mercado regulado, KWh/$ Pesos corrientes, pasó de $358 pesos en el 2012 a $391 pesos en el 2015.
En Colombia la mayor parte de la electricidad se genera en Centrales de Generación de Energía, una de las más importantes es la Central Hidroeléctrica de Sogamoso en Santander que con una inversión de 4,3 billones de pesos puso al servicio, desde diciembre de 2014, cerca del 8,3% de la energía que consume una población de aproximadamente 48 millones de habitantes en un año. También se convirtió con el embalse de mayor capacidad de almacenamiento de agua del país, 4.800 millones de metros cúbicos.
La Central Hidroeléctrica de Sogamoso pertenece a ISAGEN, así como otras 5 Centrales de Generación de Energía.
En diciembre de 2015 el gobierno Colombiano anunció la venta del 57.6% de ISAGEN mediante una subasta entre 2 oferentes, Colbún de Chile y el fondo de inversión Brookfield de Canadá. El 11 de enero de 2016 Colbún anuncia su retiro de la subasta. El 13 de enero de 2016 el 57.6% de ISAGEN es vendida al fondo Brookfield, único postor en la subasta, por un precio de 6.48 billones de pesos.
El negocio de ISAGEN es la Generación de Energía, la comercialización de soluciones energéticas y el desarrollo de proyectos de generación.
Si tenemos en cuenta el costo real de la Central Hidroeléctrica de Sogamoso (Sin contar las otras 5 centrales) y a eso le sumamos a la tasa de variación positiva del $/KWh, más el aumento del porcentaje del costo de generación en la tarifa de energía, el precio de venta del 57.6% de ISAGEN fue muy bueno para Canadá y muy malo para Colombia.
El lunes 4 de abril de 2016, en conversación con el diario El Espectador, el Ministro Cárdenas, responsable de la subasta argumentaba: “Si queremos entrar en el siglo XXI ser un país moderno, necesitamos construir carreteras que nos permitan sentirnos orgullosos a los colombianos y para eso necesitamos los recursos que permitan construir las verdaderas autopistas que van a permitir al país ser competitivo, moderno y desarrollado”.
La permuta energía- asfalto no es lógica bajo ninguna circunstancia. Además de ser uno de los peores negocios de la historia del país con esta venta el gobierno Colombiano se contradice; durante el 2015 y precisamente pensando en ingresar al siglo XXI, nos acogimos como nación a los objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. Estos Objetivos de desarrollo Sostenible (ODS) son propuestos por Naciones Unidas (ONU). La venta de ISAGEN va en contravía de esa agenda.
Vender lo más preciado de nuestro patrimonio no nos hace competitivos, ni modernos, peor si lo regalamos. No creo que el desarrollo de una nación dependa del tamaño las autopistas.
Actualmente cursa una moción de censura promovida por Senadores de la Republica contra el Ministro Cárdenas debido a que, además del pésimo negocio, se sospecha que hubo un acuerdo entre los oferentes iniciales y por lo tanto el proceso de la subasta fue "torcido". Esta semana se conocerá como actúan los representantes del pueblo al respecto.
Mientras tanto avanza la campaña "apagar paga" una estrategia pedagógica en la que a través del miedo al racionamiento nos preparan para los efectos de la privatización de las compañías de servicios públicos, el aumento de las tarifas.