Antonio Navarro Wolff no es el clásico político de izquierda: sus posturas se alejan de los dogmas y los discursos retóricos, para concentrarse en los resultados. Es, además, un hombre con una trayectoria de película: fue líder guerrillero, candidato presidencial, constituyente, ministro de salud, alcalde de Pasto, gobernador de Nariño, y actualmente se desempeña como Senador por el Partido Verde. Nuestro indagado de hoy ha demostrado hasta la saciedad, con sus importantes y desapasionadas ejecutorias, que la izquierda puede ser una alternativa real de poder en Colombia, cuando sus líderes actúan con ponderación, equilibrio y desprovistos de odios. La granada que un día le lanzaron no minó sus ímpetus y las ganas de trabajar por un mejor mañana. Las huellas de la violencia están en todo su cuerpo y en su voz; aun así encontró la paz espiritual a través del perdón. Antonio Navarro Wolff mide aproximadamente 1.80, tiene ojos verdes, nació hace 66 años, habla enredado y cojea al andar, pero dice muchas verdades y tiene claro cuál es el camino que debemos tomar como sociedad y país.
ABELARDO DE LA ESPRIELLA: Estamos en indagatoria, Senador. ¿Usted jura decir la verdad y nada más que la verdad?
Antonio Navarro Wolff: Sí, juro.
A De La E: ¿Cómo decide entrar a la guerrilla?
ANW: En los años setenta, yo fui testigo de cómo el 19 de abril de 1970 le hicieron un fraude al general Rojas Pinilla. Yo no voté por el general Rojas, yo era abstencionista, era estudiante y, como la mayor parte de los estudiantes, era abstencionista. Pero fue evidente que le hicieron un fraude al general Rojas Pinilla el 19 de abril de 1970. Entonces, yo pensaba: ¿A quién le van a respetar un resultado electoral en este país, si a este señor le hicieron fraude? Un general conservador, retirado y le hacen fraude… Obviamente él era anti-establecimiento, anti-oligarquía. Y, a partir de eso, por lo que fue la historia de Colombia, lo que nos enseñaron nuestros papás, nuestros abuelos, cuando había una situación que no tenía una solución institucional, pues entonces teníamos por delante el camino de la rebelión. Por eso, yo, que ya en ese momento era Decano de Ingeniería Sanitaria de la Universidad del Valle, que había estudiado en el exterior, que había recibido una beca de la Fundación Rockefeller y otra del Consejo Británico, decidí dar un cambio importante en mi vida y meterme al M-19, entre otras cosas, porque era nacionalista. Me deslumbró ese movimiento subversivo, lo que hacían, cuando se robaron, por ejemplo, la espada de Bolívar y entonces pensé: ¡Ahí quiero estar! Este es un discurso que me convence y algo así es necesario en un país donde no hay soluciones institucionales.
A De La E: ¿Piensa usted, después de todo el tiempo que ha transcurrido, que valió la pena tomar las armas e irse a la ilegalidad?
ANW: Pienso que hicimos bien al dejar las armas, porque un conflicto interno sin victoria, no tiene sentido, si bien creo que las razones por las cuales me fui a la lucha armada eran las adecuadas en el marco de lo que era Colombia en el año de 1974. Los 16 años de guerra nos enseñaron que no íbamos para ninguna parte alzados en armas y que hicimos bien al dejarlas.
A De La E: ¿Las armas son un medio o un fin, Senador?
ANW: Las armas tienen que ser un medio, que cada vez está más claro que no sirve para nada, en términos de cambios políticos en una sociedad.
A De La E: ¿Y el poder para qué, Senador?
ANW: El poder para lograr hacer los cambios que se necesitan. Esta es una sociedad muy desigual, esta es una sociedad muy desequilibrada (de las sociedades más desiguales del mundo es la sociedad colombiana), y, bueno, el poder es para transformar esta sociedad en algo mucho más democrático, no solamente en términos de participación, sino, sobre todo, en términos de acceso a las oportunidades y a la posibilidad de distribuir mejor los ingresos disponibles.
A De La E: ¿Cómo recuerda a Jaime Bateman, Senador?
ANW: El político costeño más importante del siglo XIX fue Rafael Núñez. Bateman fue el más importante del siglo XX, de todos los políticos caribeños. Infortunadamente, murió antes de tiempo, antes de que el país pudiera conocerlo bien. En lo poco que logró hacerse conocer, deslumbró a muchísima gente en Colombia.
A De La E: ¿ Y cómo recuerda a Fayad y a Pizarro?
ANW: Eran gente formada, con mucho carisma, mucho liderazgo, especialmente Pizarro, que también murió antes de tiempo. Mire usted: es que el problema del M-19 fue que los dirigentes más importantes de su historia murieron antes de tiempo. A nosotros nos decretaron la pena de muerte, después de que salimos de la Cárcel la Picota en 1981. De alguna manera dijeron: “Estos tipos son demasiado hábiles, y, si los metemos presos, se van a salir de todas maneras”. Así que entonces nos decretaron la pena de muerte. A Fayad, lo mataron después de estar preso. A Pizarro, lo mataron inmediatamente después de la firma de los acuerdos de paz. Nosotros teníamos una dirección de 60 miembros, y estamos vivos apenas 8. Todos los otros prácticamente murieron antes de la firma de los acuerdos de paz.
A De La E: ¿Senador, sí o no es cierto que el M-19 tuvo vínculos con Pablo Escobar, especialmente en la toma del Palacio de Justicia?
ANW: Yo diría que no. Sé que miembros del M-19, tuvieron vínculos con Escobar. Yo, de la toma del Palacio, realmente no tengo información de primera mano, directa, porque yo estaba sin pierna en el exterior, fuera de la línea de mando, en términos militares, y entonces yo no fui consultado y me enteré por la televisión; pero es evidente que lo que declinó militarmente la toma del Palacio o la retoma fue la entrada de los tanques del ejército al Palacio de Justicia. ¿Por qué el M-19 no tenía cohetes antitanques, si esos se conseguían fácilmente? Yo me imagino que si hubieran tenido el apoyo de Escobar hubieran tenido cohetes antitanques.
A De La E: ¿Qué miembros del M-19 tenían relaciones con Escobar?
ANW: La gente de Medellín.
A De La E: Necesito nombres.
ANW: Si, bueno pero están muertos. Es que los que estamos vivos somos muy poquitos y yo de alguna manera la memoria de ellos quiero dejarla en paz, porque están muertos.
A De La E: Si están muertos la acción penal se ha extinguido. Dejémoslos quietos entonces. ¿En sus años como guerrillero, usted participó en acciones violentas, Senador?
ANW: Claro, yo fui Comandante del frente Sur del M-19.
A De La E: ¿Y ese frente tenía presencia en que zonas?
ANW: En el sur del Caquetá y el Putumayo. Y por ello tuve participación en varios combates.
A De La E: ¿Usted les ha pedido perdón a sus víctimas, Senador?
ANW: Muchas veces. Todas las veces que haya que hacerlo pediré perdón. Pero también he perdonado, porque tambien soy víctima. A mí me tiraron una granada cuando yo estaba negociando la paz, no fue en un acto de combate. Eso me causó la amputación de la pierna izquierda, problemas en el habla por una esquirla que penetró por el cuello. También a quien hizo eso lo he perdonado. Ese el camino de la reconciliación: perdonar y pedir perdón.
A De La E: ¿Cuáles son las diferencias entre el M-19 y las FARC, Senador?
ANW: Muchas.
A De La E: Las tres más importantes entre un movimiento guerrillero y otro.
ANW: Diría, primero, que el M-19 se definió en un momento como “la democracia en armas”, nunca fue Marxista. El M-19 era una cosa rara. Inicialmente, pensaron que éramos una especie de militares en retiro o algo así. Por el origen del M-19, ligado a la ANAPO y la cercanía con el actuar del general Rojas Pinilla, nunca fuimos Marxistas, es la primera diferencia. En segundo lugar, siempre tuvimos, como regla general, un gran respeto por la opinión pública, y para nosotros la opinión pública era esencial, porque, si no había un acompañamiento de la opinión pública, pues eso no iba a ir para ninguna parte; y creo que una tercera diferencia es que nosotros, cuando empezamos la negociación de paz, teníamos una idea en la cabeza ¿Cómo nos reconciliamos con los colombianos? Y no veo eso claro en las FARC. Ellos piensan que conseguir algo en la mesa de negociación es útil ¡No! Lo importante es conseguir algo en el corazón de los colombianos. Si uno va a dejar las armas, tiene que entender que va a salir a buscar el apoyo de la gente, y, si no lo consigue la piscina, está vacía.
A De La E: ¿Quiénes fueron los autores de su atentado, Senador?
ANW: Pues, como sé quiénes fueron, con nombre y apellido y los he perdonado, tomé la decisión de nunca decirlo y no lo voy decir. Pero, evidentemente eran agentes del Estado.
A De La E: ¿Qué sintió el día que le amputaron su pierna?
ANW: Me amputaron la pierna y me pusieron una pata de mesa de esas de cafetería con una chupa en la punta, entonces yo decía y pensaba: “Quedé con pata de mesa de cafetería”, y, bueno, da miedo quedar sin pierna. Ya después la cosa cambia, entre otras por las ventajas que trae: a usted, por ejemplo, cuando se acuesta le sobra una pierna y no sabe qué hacer con ella, yo la pongo al lado y me quedo tranquilo, no me sobra nada en la cama.
A De La E: (Risas) ¿Cuál es la verdadera razón por la que se fue de la alcaldía de Petro?
ANW: Primero, porque estaba cansado. Venía de cuatro años de gobernación muy dura, la gobernación de Nariño fue bravísima. Una gobernación llena de pirámides, con todo ese conflicto de Nariño y sin plata, venía cansado. En segundo lugar, porque sentí que había necesidad de hacer cosas por fuera.
A De La E: ¿Petro es el futuro de la izquierda o es mejor dejarlo en el pasado?
ANW: Ni lo uno, ni lo otro.
A De La E: ¿A usted le gustan los toros, Senador?
ANW: No. En general, me parece que las corridas son demasiado fuertes con los animales.
A De La E: ¿Cuál es su mejor recuerdo de Álvaro Gómez?
ANW: Que nos reconciliamos. Fue un acto importantísimo. Nosotros nos reunimos en una casa aquí en el norte de Bogotá, antes de empezar la Asamblea Constituyente. Nunca nos habíamos visto personalmente, y en media hora llegamos a la conclusión de que podíamos reconciliarnos y que podíamos hacer cosas juntos en la Asamblea Constituyente por el bien del país, y eso fue un momento maravilloso que demuestra que sí es posible la reconciliación entre los colombianos.
A De La E: ¿Qué piensa de la reforma de equilibrio de poderes propuesta por el Gobierno nacional?
ANW: Bueno, en realidad la institución más débil entre las tres ramas del poder público es el Legislativo. Y es débil porque se hace elegir individualmente, cada congresista se hace elegir solo, y después, para buscar su reelección, también tiene que actuar solo. Por eso, necesitamos organizaciones políticas, colectivos solidos y cohesionados. El día que aquí dejemos el voto preferente y hagamos listas cerradas y lleguemos colectivamente y nos hagamos elegir colectivamente el Congreso va a ser una institución mucho más fuerte. Ese es tal vez el elemento más importante, en el que hay muchas dudas de parte de los Congresistas, pero yo les digo con sinceridad ¡No lo duden! Que uno individualmente, haciéndose elegir, está en manos del Gobierno y en manos de todo el mundo, es demasiado débil; pero, si lo hacemos colectivamente, vamos a ser mucho más fuertes.
A De La E: ¿Usted considera que ese punto en particular es el más importante de la propuesta de Reforma?
ANW: Estratégicamente hablando, sí. Hay más cosas, obviamente; no estoy a favor de la reelección (me parece que la reelección permite un abuso muy grande del presidente, sobre todo si el presidente no es popular). Reelegir un presidente popular es fácil, reelegir uno impopular es un desastre ¡Mire lo que nos pasó en la elecciones anteriores! También es necesario unas reformas en temas de la justicia y de las relaciones de la justicia con otros poderes. Pero el tema más importante -y no es suficientemente comprendido en el Congreso- es la necesidad de que el Congreso se componga de grupos que se hagan elegir juntos para trabajar juntos.
A De La E: ¿Si se firma la paz en Cuba, será necesaria una Constituyente o una Reforma Estructural al Estado para garantizar lo que allí se acuerde?
ANW: No. Esa es una de las cosas que hacen que este proceso de paz yo lo vea como andando bien, y es que ahí no hay nada que no sea factible. Va a requerir, eso sí, un esfuerzo muy grande por llevar el desarrollo del siglo XXI a las zonas marginales de este país; pero todo eso se puede hacer dentro de las instituciones y las normas del país.
A De La E: ¿Por qué cree que a los paramilitares les hicieron conejo y a ustedes, por ejemplo, en el M-19, sí les respetaron los acuerdos o las reglas de juego?
ANW: Porque nosotros también cumplimos nuestra palabra y la cumplimos y la sobre-cumplimos. Mataron a Pizarro y nos quedamos; en cambio, los paramilitares siguieron delinquiendo y narco-traficando y matando gente después de que habían firmado el acuerdo de paz.
A De La E: ¿Por qué estuvo tan conciliador en el debate de Cepeda contra Uribe?
ANW: Porque creo que en este país es necesaria la reconciliación. Creo que aquí, durante por lo menos treinta años, decidimos que las diferencias las resolvíamos matándonos unos con otros, y yo creo que no es hora de mirar quién mató más o quién mató menos, o quién tuvo más culpa o quién tuvo menos: lo importante es que tenemos que cambiar la historia de este país y dejar atrás el uso de la violencia para combatir a otros.
A De La E: ¿La verdad verdadera nos traerá la reconciliación total, Senador?
ANW: Si la verdad no es para llevar a los contrincantes a la Corte Suprema de Justicia, sino para reconciliarnos, sí sirve.
A De La E: ¿Usted cree que es posible la paz sin Uribe?
ANW: Creo que el expresidente Uribe influye sobre una parte muy importante de la ciudadanía y es absolutamente necesario que él esté también en el proceso de paz.
A De La E: ¿Si los estándares de verdad, justicia y reparación que hoy exige la realidad internacional, hubiesen sido aplicados al M-19 en su momento, ustedes habrían entregado las armas?
ANW: Nosotros no las entregamos, en primer lugar (es un detalle); porque, si una guerrilla entrega las armas, se rinde; si hay un resultado de una paz negociada, no se entregan las armas. Nosotros las distribuimos, las convertimos en acero. Pero, yo creo que sí. En general, lo nuevo en este proceso de paz es que las víctimas tienen voz y voto, y es la primera vez en la historia, pero, al fin y al cabo, el mundo ha ido cambiando y cada momento es distinto. Pero, fíjese usted: lo más importante es la garantía de no-repetición y nosotros, con nuestro comportamiento y nuestra decisión de cumplir, hemos dado esa garantía de no-repetición, y eso es lo más importante en un proceso de paz. Hoy se le está dando más importancia a la verdad, a la justicia y a la reparación que a la garantía de no-repetición, y esa es, a mi juicio, es la más determinante de todas las condiciones para que el conflicto no vuelva a suceder.
A De La E: ¿Senador, cuál es la fórmula mágica para sacar al país de la polarización política que hoy nos tiene fracturados como nunca antes?
ANW: No hay fórmula mágica, pero el problema que tenemos es que la polarización es rentable políticamente. Ese el asunto que yo veo más complejo y claro: ¿el que está consiguiendo réditos de la polarización por qué la va a dejar, si está sacando provecho político de eso? Yo creo que hay que reflexionar bien, si queremos un país con un futuro producto de consensos, al menos parciales, y, sobre todo, un país reconciliado, o si aspiramos a un país cuya violencia perdure, porque, aun firmando la paz, va a perdurar la violencia, si no nos reconciliamos.
A De La E: ¿Cuánto tiempo más cree usted que demoren las conversaciones con las FARC, antes de finiquitar un acuerdo?
ANW: Por lo menos hasta que se firme un acuerdo está más o menos a un año de tiempo.
A De La E: Usted ha estado en el poder Ejecutivo y en el Legislativo. ¿En cuál se siente más a gusto?
ANW: Yo me sentía muy bien en el ejecutivo, pero se ha vuelto un problema con las “asustadurías”: Fiscalía, Procuraduría y Contraloría. Cuando fui Alcalde de Pasto, no había tanta presión, pero ahora ya lo pensaría dos veces antes de volver al Ejecutivo, porque es que se ha vuelto un campo minado.
A De La E: ¿Cómo ve el futuro de la izquierda en Colombia, Senador?
ANW: Depende de lo que haga o de lo que hagamos. Yo me siento de izquierda. Si somos capaces de unirnos y somos capaces de entender que el país necesita soluciones, más que simplemente denuncias, tenemos muchas posibilidades de llegar a gobernar a Colombia.
A De La E: ¿Por qué esta en el Partido Verde y no en el Polo?
ANW: Porque estuve en el Polo y me pusieron al borde, me pusieron afuera.
A De La E: ¿Son los Polistas izquierdistas radicales?
ANW: Ahí hay de todo, pero sí creo que el Polo tuvo un momento muy importante en el 2006. Infortunadamente, no se plasmó en resultados en los años subsiguientes, pero el hecho de que no esté en el Polo no quiere decir que esté contra el Polo. Creo que una de las cosas que hay que lograr es esa unidad con ellos y otros sectores de izquierda.
A De La E: ¿Qué recuerda de su vida en Inglaterra?
ANW: Inglaterra es un país con una historia tremenda, con una historia importantísima. Speakers Corner, la esquina de los oradores, en Hyde Park, es una muestra del estilo inglés: ahí se puede hablar de cualquier cosa menos contra la reina. Esos son los ingleses.
A De La E: ¿Cuál fue la reforma más ambiciosa de la Constituyente del 91, de la que usted fue Presidente?
ANW: Tal vez, la limitación a los estados de excepción. Ya nos olvidamos que estuvimos en Estado de Sitio por muchos años desde 1948 hasta 1991: ¡más de cuarenta años! Tal vez, fue la más ambiciosa y la más importante de todas las reformas. Ya nos acostumbramos tanto a que el Estado de Sitio no existe y no se usa, que olvidamos ese capítulo oscuro de nuestra historia. Ahora, otras reformas muy trascendentales fueron la carta de derechos fundamentales, la tutela y la Corte Constitucional.
A De La E: ¿Cómo es que un dirigente de izquierda, siendo gobernador de Nariño, termina respaldando la política de seguridad democrática del expresidente Álvaro Uribe en su momento?
ANW: Más que respaldar una política, lo que hice fue cumplir con mi deber. Yo puse unas normas de comportamiento. No me podía enfrentar a todo el mundo como un gobernador en solitario, porque uno, como gobernador, es muy débil para hacerlo. Aquel grupo que matara civiles lo enfrentaba la gobernación y me enfrenté a una BACRIM que se llamaba la ONG Organización Nueva Generación, que eran 200 tipos armados con fusil, y a esos los desarticulamos totalmente y a un frente de las FARC, el frente Mariscal Sucre, que mató primero a 4 maestros y después a 2 indígenas. Era lo que me correspondía: ponerle el pecho a la brisa. Y lo hice de la mano con la Fuerza Pública, porque ya había un conflicto que era bastante malo entre fuerzas del Estado y grupos irregulares, pero que también mataran civiles era inaceptable.
A De La E: Pero usted tenía una buena interlocución con el expresidente Uribe.
ANW: Bueno, tenía sobre todo una buena interlocución con la Policía y con el Ejército (hicimos frente común en este par de casos y conseguimos resultados). Aprendí una cosa del tema de seguridad en general, y es que la autoridad civil tiene que tener, como una de sus prioridades, la seguridad, si queremos conseguir resultados, y eso vale para Uribe en el nivel nacional; pero vale para los alcaldes y gobernadores. Si la seguridad es una prioridad de la autoridad civil, se pueden conseguir resultados, si no es mucho más difícil que eso pase.
A De La E: Senador, al revisar su obra de gobierno en el Departamento de Nariño se podría concluir lo siguiente: que usted, más que un progresista o un izquierdista, más bien parece un político de la tercera vía, ¿eso es correcto?
ANW: Mire usted lo que está pasando en América latina con la izquierda: una cosa es la izquierda venezolana; otra, la ecuatoriana; otra, la boliviana; otra, la chilena. Yo soy de la línea de izquierda sensata, razonable, centro-izquierda, que prioriza conseguir resultados sobre la ideología. Obviamente, tengo mi ideología y creo que es esencial tenerla, pero, para conseguir resultados, no simplemente para defender tesis.
A De La E: ¿Cómo podemos llegar a conseguir una paz sólida y perdurable?
ANW: Primero, consiguiendo detener el conflicto armado de origen político que está en el corazón de toda la violencia; segundo, buscando mecanismos de reconciliación, y tercero, haciendo que colombianos que viven en el siglo XIX puedan llegar a vivir en el siglo XXI.
A De La E: ¿Qué tanto le afecta el swing de salsero la prótesis de la pierna?
ANW: (Risas) Me gusta la salsa. Soy tal vez el bailador de salsa en una pierna más importante que tiene Colombia (Risas). Sigo bailando salsa y afortunadamente tengo rodilla, y, al tener rodilla, no se afecta tanto el swing.
A De La E: ¿Si hay paz pero no hay justicia, qué podemos esperar los colombianos?
ANW: Pues, hombre, yo creo que esa ha sido la historia de Colombia. Cuando se firmó la paz del Frente Nacional en el año 57, hubo paz y hubo, de alguna manera, garantía de no-repetición, y la justicia fue mínima. Y fíjese usted: aquí dicen: “Si no meten presos a esos de las autodefensas y de las FARC, va a quedar la señal de que paga alzarse en armas”. Y miremos los últimos 25 años: ninguno de los antiguos miembros de las guerrillas que firmamos la paz en los 90 fue preso, y estamos cumpliendo y no se ha alzado en armas o no ha reincidido casi nadie del M-19, del EPL o del PRT. Los jefes de los paramilitares, en cambio, están presos en Estados Unidos. Difícilmente se pueda pensar en un castigo más severo y, sin embargo, por lo menos el 25% de ellos, si no más reincidieron. El castigo, en sí mismo, no es lo que garantiza la no repetición. Eso es más complejo, y a veces simplificamos mal las enseñanzas de nuestra propia historia.
A De La E: Hay una diferencia grande entre Navarro Wolff, Pizarro, Timochenko y Márquez. ¿Usted cree que los líderes de las FARC le van a cumplir al país?
ANW: Yo creo que una guerrilla es una comunidad primitiva. Los seres humanos, por 995.000 años, fuimos una comunidad primitiva nómada y solamente en los últimos 10.000 años somos una civilización sedentaria. Entonces, una guerrilla es una comunidad primitiva nómada. Cuando usted sale de su casa y vuelve a su casa dice: “Volví a mi hogar”; pero cuando un grupo es nómada, el grupo es la familia. Y, si usted quiere que las FARC cumplan, tiene que entender que esos seres humanos que llevan 30 o 40 años siendo parte de un colectivo, deben seguir funcionando en colectivo y la manera como pueden funcionar como colectivo es haciendo política. Por eso, es tan importante que puedan hacer política, les da una posibilidad de seguir actuando como colectivo, y va a ser mucho mejor eso que simplemente romperlos y tratar de partirlos en pedazos, porque ahí sí muchos se van a vincular a bandas criminales y a tantas otras formas delincuenciales que hay en el país. Por eso, a mí me parece que la participación en política es el corazón de esos acuerdos, además, de que es necesario que las FARC hagan parte de la sociedad colombiana, como colectivo.
A De La E: ¿Usted ha escuchado el Navarro Wolff de La Luciérnaga? ¿Qué le parece?
ANW: Claro que lo he escuchado. Ese Navarro Wolff habla claritico y no se le entiende nada (Risas).
A De La E: En una palabra, defíname a Juan Manuel Santos.
ANW: Tiene más carisma un afiche que el Presidente Santos.
A De La E: (Risas) ¿ Y Vargas Lleras?
ANW: Por Dios… Lo conozco muy bien, es un hombre muy hábil, muy capaz, muy trabajador, pero flota diez metros por encima del suelo.
A De La E: ¿La “mermelada” es un dulce o la forma elegante de llamar a la corrupción?
ANW: Es la corrupción pura. Esos que defienden el tema, diciendo que son solo partidas regionales mienten; pues claro que son partidas regionales, partidas que van a las regiones, pero con toda una estructura clientelista alrededor. Además del político que maneja la asignación de la “mermelada”, tienen un ingeniero, que es el que hace la contratación y además reparte la plata, y claro que eso genera mucha corrupción.
A De La E: ¿Cuál es la “pastusada” más grande que ha hecho?
ANW: Darle una entrevista a un penalista costeño.. (Risas)
A De La E: ¿Senador, lo que usted no logró cambiar con las armas lo ha podido transformar a través de la política?
ANW: Por lo menos he podido hacer más a través de la política que, a través de las armas, de eso estoy seguro, pero faltan muchas cosas más por hacer.
A De La E: Muchas gracias Senador, hemos terminado la indagatoria, puede usted ir en paz.
ANW: Oiga, pero tremenda indagatoria…. (Risas).