En las dinámicas políticas uno de los temas que constituyen las mayores rivalidades, giran alrededor de la libertad vs autoridad, esto se manifiesta en los procesos históricos de Colombia, y se evidencia en la constitución política vigente. Bajo este paisaje, la demanda de libertad tradicionalmente se ha establecido como uno de los pilares de regiones como la Antioqueña, y es allí donde se canalizan intereses económicos y políticos. La controversia generada por Belén de Bajirá, va más allá de una solicitud y se adhiere a una rivalidad que enfrenta; libertad regional y autoridad nacional. Pugna de antaño, que ha creado desacuerdos en temas donde termina prevaleciendo el centro ante la periferia.
Desde la constitución de 1991 se consagró como valor primordial la descentralización bajo un tipo de Estado unitario. La descentralización como proceso, ha pretendido mejorar la eficiencia organizativa del Estado, pero incluso después de más de 25 años de vida de nuestra constitución, aún existen contiendas que enfrentan las regiones con el centro político. Es bajo esta justificación que algunos políticos postulan este panorama en donde se comprende la descentralización plena como una de las promesas incumplidas de nuestra constitución. Para ellos la repartición de responsabilidades sigue estando supeditada a la voluntad de un centro político, la desconcentración de poder en la toma de decisiones sigue ampliamente subordinada al gobierno nacional sometiendo las dinámicas de los líderes locales al ejercicio del poder centralizado en la capital. Todos estos aspectos afectan para algunos sectores de Antioquia, la tan anhelada soberanía económica de esta región.
Las anécdotas sobre la independencia, las guerras civiles, y las disputas políticas en la historia colombiana, han ocupado gran parte de los recuentos históricos de nuestro país, de estos balances emerge un espíritu que reclama la autonomía como valor prioritario. Antioquia es ejemplo de ello, entre la cultura paisa subsiste la sensación de emancipación política frente al gobierno central radicado en la capital, esa aspiración que se mantiene latente desde la regeneración, donde fue evidente la centralización del poder en Colombia, se ha atenuado por mecanismo de descentralización administrativa y política. En la actualidad se reviven esos viejos conflictos entre la región antioqueña y el gobierno nacional. Con el debate sobre Belén de Bajirá, los políticos antioqueños sacan nuevamente sus molestias frente a la controversia centro periferia, y usan la ambición de soberanía, en su afán de autodeterminarse.
Al respecto se encuentra la propuesta hecha por un diputado de la asamblea departamental, en donde se postula el departamento de Antioquia como territorio federal, en caso de que la decisión fuese negativa para la región. Lo que configura más un deseo, que una probabilidad latente, la viabilidad de que dicha propuesta sea materializada es tan remota, como la posibilidad de concatenar los elementos necesarios para reconfigurar el tipo de Estado priorizado en la constitución de 1991. Por ello hablar de un Estado federal en Colombia es en la actualidad una utopía anhelada por algunos sectores. La hostilidad recurrente entre centro y periferia en la política colombiana ha sido revitalizada en el tema Belén de Bajirá, y en la actualidad la decisión sobre el tema territorial se inclina a reconocer dicho corregimiento al departamento del Chocó, lo que generó una reacción emancipadora de algunos políticos del departamento de Antioquia.
Pero el tipo de Estado federal más que una realidad es una propuesta política inviable en la actualidad, y se usa más como un mecanismo de presión de algunos políticos antioqueños con el gobierno central, que como una propuesta seria. Es necesario recordar que el corregimiento Belén de Bajirá posee un potencial de riquezas en yacimientos mineros que junto con su ubicación estratégica puede llegar a ser parte de un corredor vial y de esta manera conformar un territorio que beneficie el departamento de Antioquia, allí se exhiben algunos de los motivos que aumentan el interés por dicho corregimiento.
Queda por ver cómo se resuelve esta disputa territorial, pero sea a favor o en contra de la Antioquia departamental, siempre existirá un anhelo utópico que recuerde la Antioquia federal como la región pionera del país, y bajo este imaginario colectivo se sustentaran un sinnúmero de intereses. Que finalmente pretenden acudir a pugnas dialécticas que evoquen sentimientos de algunos sectores políticos de la sociedad Antioqueña, como un mecanismo netamente emocional que sirva como vehículo para manifestar el amplio inconformismo hacia el gobierno central radicado en Bogotá, tradicionalmente observado como un grupo de políticos que solo reflejan los intereses de las élites capitalinas con total indiferencia de los intereses regionales.