A pesar de las declaraciones del alcalde sobre su decisión de “sacar adelante” el componente de telecomunicaciones de Emcali, lo que se evidencia en la cotidianidad de la empresa es la antigestión, ineficiencia, politiquería, corrupción, tercerización laboral y los ánimos privatizadores incólumes de esa élite empresarial que mal conduce los designios de Emcali y particularmente las telecomunicaciones.
Así el gerente general insista en que el problema de telecomunicaciones son los mandos medios —y son un grave problema—, como quien pretende eludir su responsabilidad y la de Roberto Reyes, lo cierto es que la política general del componente de telecomunicaciones sigue siendo equivocada de cabo a rabo. Ello es principalmente responsabilidad de la gerencia general, que cohonesta con la ineficiencia que dice que tienen los mandos medios o que es supremamente incompetente para combatirla. Particularmente, no compro el discurso de responsabilizar a los subalternos de la gerencia para lavar la cara de esta administración desastrosa que la dupla Armitage-Jaramillo ha traído a Emcali.
Prueba de esta política de antigestión en las Empresas Municipales de Cali es el cierre de centros de atención que viene adelantando la Gerencia de Área Comercial y Gestión al Cliente, que, en el marco del Contrato con UT Servicios Comerciales por $16.029.282.581, entrega toda la gestión de atención al cliente con bases de datos incluidas a un privado, que a su vez terceriza laboralmente a trabajadores mal remunerados para que hagan lo que bien puede hacer directamente Emcali con sus recursos técnicos y personal directo. Esto aun teniendo en cuenta que Servicios y Consultorías Empresariales S.A. E.S.P., empresa que conforma la UT Servicios Comerciales, ya fue fuertemente cuestionada en anterior proceso contractual por la Contraloría y de ello informamos oportunamente al Gerente Gustavo Jaramillo.
No es desconocimiento de la administración, ni es responsabilidad exclusiva de los mandos medios, es una estrategia de privatización, ya no directa, sino de la gestión y servicios de Emcali, que fue entregada a particulares para que renten económicamente los recursos públicos. Cabe decir que los cierres de los centros de atención de Versalles y Peñón son la primera fase del cierre de nuestros puntos de atención para aglutinar en un “mega centro de atención” controlado por los privados que han capturado la contratación en Emcali.
Atentos compañeros, la agenda neoliberal de los privatizadores y enemigos de los trabajadores y el patrimonio público no descansa, urge la acción sindical de resistencia directa.
