Con el cartón de grado de abogado de la Universidad Javeriana de Cali en la mano, Andrés Fernando Parra, intentó iniciar su vida laboral en su ciudad. Pero no en su profesión, que finalmente nunca ha ejercido. Le apostó a hacerlo como independiente en un negocio de propiedad raíz que no le cuajó. Un año después terminó en Bogotá y su horizonte cambió radicalmente: empezó navegar en las aguas de la política.
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El senador Armando Benedetti, quien había sido elegido por el Partido de la U para la legislatura del 2014, cuando Juan Manuel Santos logró la presidencia respaldado por el mismo partido, lo integró a su equipo de trabajo. Llevaba dos años como senador cuando vinculó, en 2016, a Parra en su equipo de trabajo, la Unidad de apoyo legislativo. Compartió entonces con otros seis profesionales escogidos por Benedetti, entre quienes se encontraban Paula Andrea Sierra, Carlos Alberto Novoa, Pedro Ruiz Romero, y en algunos periodos Andrés Felipe Sarabia, hermano de Laura Sarabia.
El partido de Benedetti lideraba la coalición de gobierno, con juego burocrático para los congresistas, con lo cual presidirlo se convertía en un cargo al que ameritaba aspirar. Hizo campaña interna y logró a la presidencia del Partido de la U a mediados de junio de 2016 en reemplazo de Roy Barrreras. Benedetti se propuso reforzar el Partido y decidió combinar sus obligaciones rutinarias de senador con el rol de director del Partido e integró los equipos de colaboradores.
Vinculó nuevos profesionales por vía del Partido de la U ya que los recursos de la UTL estaban limitados a un tope preestablecido para todos los congresistas. En esa camada entró Laura Sarabia. Una joven politóloga recién graduada de la de la Universidad Militar Nueva Granada, que después de un año de buscar sin resultado trabajo, se postuló como voluntaria en el Centro de Pensamiento del Partido de la U. Comenzó apoyando el grupo de análisis de los Proyectos de Ley de los congresistas.
Pronto sobresalió a los ojos de quien sería su jefe durante los próximos cuatro años y terminó contratada como asesora política. En esa integración de equipos, su UTL de senador y su nómina en el Partido, Laura Sarabia conoció a Andrés Parra, con quien terminó casándose un año después, a finales de 2018.
La joven politóloga voló alto al lado de Bendetti, en buena parte gracias a su capacidad organizativa y de ejecución, al lado de un político tan caótico y desordenado como el barranquillero. Concluido el periodo de un año en la presidencia de la U, Benedetti comenzó su campaña electoral buscando su reelección en el 2018 y Laura pasó a ser su secretaria privada y un pivote clave en la búsqueda de los votos. Parra, ya pareja suya, la acompañó, igual que todos los integrantes de la UTL en el la tarea.
Benedetti logró su reelección y Andrés Parra y Laura Sarabia, al calor de la política y de las giras por el país, solidificaron su relación que terminó en matrimonio en diciembre de 2018. El reelecto senador les aseguró trabajo al lado suyo y dentro del círculo de confianza a los dos: Parra regresó la UTL en la nueva legislatura y Laura Sarabia se convirtió en la mano derecha de Benedetti en lo político, lo personal e incluso los negocios. Una confianza a prueba de todo.
Guardiana de secretos con un gran poder al lado del político, vivió de primera mano el acercamiento de Bendetti a la candidatura de Gustavo Petro. Una alianza que se selló en junio del 2022.
Fue entonces cuando el barranquillero decidió quemar las naves de congresista, porque además fue expulsado del Partido de la U y jugársela a fondo por la candidatura de Gustavo Petro y el Pacto Histórico. La aterrizada prematura en una campaña, aún muy circunscrita los lideres de las distintas organizaciones de izquierda del país, valorizó a Benedetti, quien fue el primero en ocupar el cargo de jefe de debate para luego ser el tambor mayor de las giras con manifestaciones multitudinarias por el país. Junto a él estaba siempre esta mujer menuda, hasta entonces desconocida: Laura Sarabia.
Vivió su embarazo en campaña al lado de Petro y Bendetti, mientras su esposo mantuvo su contrato en la UTL de Pedro Flórez, quien se quedó con la curul. Desde allí controlaba el frente legislativo y la posibilidad de deslizar políticos hacia el Pacto Histórico. Allí permaneció hasta el final del período legislativo completando seis años al lado de Benedetti, convertido al lado de su esposa en las dos figuras claves, de total confianza de su equipo político.
La cercanía al candidato presidencial le permitió a Benedetti influir en la conformación de la lista del Pacto Histórico para el senado. Ni corto ni perezoso logró colocar a su alfil Pedro Flórez Porras, del clan Torres de Puerto Colombia, sus grandes aliados en el Atlántico, en un puesto efectivo en la lista: el # 9. Flórez resultó elegido senador junto con una bancada de 20 senadores, encabezada por Gustavo Bolívar y Roy Barreras que se convertiría en el eje de la coalición del gobierno de Gustavo Petro.
Tal como era de esperarse el primer nombre en ser contratado para la UTL del recién elegido Pedro Flórez fue Andrés Parra. La transición resultó fácil para él y había podido permanecer en el cargo, pero las circunstancias para la pareja Parra-Sarabia cambiaron radicalmente.
El 7 de agosto, se convertía en la secretaria privada primero y luego en la jefe de despacho del presidente de la Republica. Un exigente cargo con dedicación de 7 x 24. El lugar de su esposo Andrés Parra estaría en la casa, al frente del cuidado del recién nacido Alejandro Parra. Una responsabilidad que podría parecer menor, simplemente familiar y doméstica, pero que por lo visto y el desenlace del escándalo de la niñera Marelbys Meza, puede convertirse en una pieza clave para conocer lo que ocurre dentro de las cuatro paredes del apartamento del matrimonio Parra-Sarabia en el barrio La Carolina, al norte de Bogotá. Y de nuevo Armando Bendetti, para bien o para mal, vuelve a ser el eje de sus vidas.
