Con apenas 38 años de edad, cumplidos el pasado 26 de abril, y sin tener ancestros que lo hayan conectado con el mundo azaroso de la política, este dirigente liberal que llegó a la Asamblea de Antioquia para ocupar la curul de su copartidario Luis Carlos Ochoa Tobón, quien renunció para lanzarse a la Cámara de Representantes, se ha caracterizado por ser la voz que encarna los verdaderos valores y banderas que defiende esa colectividad, cuando muchos la han descartado por calificarlas de estar fuera de moda.-
Por el contrario, dice Andrés Fernando Mesa Valencia, quien subraya que el Partido Liberal ha sido desde su fundación el defensor de las causas sociales, de los vulnerables y de los que siempre han estado por fuera del radar de los que toman las decisiones, hecho que ha precipitado ampliar con el paso de los años las diferencias económicas entre los que tienen mucho y los que carecen de todo.-
Es contundente cuando afirma: “A mí no me contaron la historia, yo la he vivido en carne propia”, al recordar los aciagos tiempos vividos en la comuna trece de Medellín, el sitio en donde tiene sus raíces, pese a que sus primeros años de vida los vivió en el sector de la Iguaná, en el occidente de Medellín y luego su familia, compuesta por sus padres David Alberto y Gloria Amparo; Juan Carlos y Cristian, se mudaran al barrio San Javier en donde terminó de formarse como estudiante en el Liceo del mismo nombre, cuando estaba en su apogeo la llamada Operación Orión en el oscuro año del 2002.-
Recuerda que sus padres llegaron de municipios del oriente antioqueño, en procura de mejores horizontes y se conocieron en Medellín en donde lograron conformar la familia, sin tener idea de que uno de sus hijos, el mayor en este caso, iría a ser un protagonista de la cada vez más aporreada actividad como es la política, quizá siguiendo los designios que alguna vez le escuchó a una venerable señora que cuando apenas había cumplido sus ocho años de edad le pronosticó que iría a convertirse en un personaje importante en Antioquia, y quizá a ser su gobernador.-
Luego de haber sido el vocero y representante de su curso en el bachillerato y personero de su Liceo, fue el fundador de la emisora de la institución, de un periódico y del grupo ecológico con clara afición hacia la astronomía, así como el movimiento estudiantil democrático, se matriculó en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia, de donde egresó con una tesis laureada que versa sobre “El principio de la buena fe y la confianza legítima”, la cual es citada de manera continua en los escenarios académicos en varios países de la región.-
De esa época recuerda que varios de sus maestros lo acercaron a las ciencias sociales cuando apenas arrancaba en el país el famoso Plan Colombia y los combates contra la subversión y el narcotráfico, pero también fue espectador de muchos episodios que afectaron a un gran sector de la población colombiana, pero por ninguna parte se le aparecía la política hasta cuando leyó un texto de John Locke, aquel filósofo, químico, médico y profesor de griego, considerado como uno de los pensadores más influyentes de la Edad Moderna y padre del liberalismo clásico.- Dice que Locke se le adelantó medio siglo a Montesquieu en su teoría de la separación de los poderes legislativo y ejecutivo, ya que era de los que pensaba que el Estado debía atenerse al principio de la soberanía popular.-
El 2006 resultó ser el año definitivo para este diputado y candidato a repetir curul en los próximos cuatro años, porque fue cuando tuvo la oportunidad de acompañar la candidatura de Carlos Gaviria Díaz, quien ya se había desempeñado como profesor y decano de su misma universidad.-
Como todos saben, dice el dirigente, aquella vez no se pudo alcanzar el triunfo, pero una de las cosas buenas que tiene la derrota es que nos permite avanzar y conocer en detalle las causas por las que luchamos y comencé a participar en tertulias políticas con un grupo de las más diversas formaciones académicas, dado que yo era Guía Cultural de la Universidad y me tocaba relatar su historia, nos dice en su oficina en la Asamblea, en donde resaltan apenas dos fotografías de sendos personajes que lo dicen todo: Jorge Eliécer Gaitán Ayala y Bernardo Guerra Serna.-
“Mi llegada al partido liberal fue a través de Cristian Cano, un amigo de Bello, cuando la colectividad atravesaba por uno de sus peores momentos y ya venía en picada y pocos le auguraban un futuro al carecer de voceros en las diferentes corporaciones públicas, luego de haber sido uno de los mayores electores a lo largo de tres décadas que marcaron la historia en Antioquia”.-
“Fui elegido presidente de las Juventudes Liberales de Colombia y en el 2017 presidí el Directorio Liberal de Medellín y uno de mis mejores recuerdos que llevo presente fue la vez cuando acompañé a Guerra Serna a una Convención del partido en Cartagena porque esa vez, primero de diciembre para más señas y día de su cumpleaños, rodeados de toda la plana mayor, tomó la palabra Horacio Serpa Uribe para destacar los aportes hechos desde Antioquia por un líder como era el orientador de lo que entonces se conocía como la Casa de Mármol”, dice Mesa Valencia.-
Agrega que a él le tocó tratar la mejor versión de Guerra Serna, porque ya era un hombre cargado de historia y sabiduría y por tal motivo tenía claro que esas banderas no podrían ser arriadas de buenas a primeras y se declaró como un militante puro y un defensor de esa institución.-
Este hecho, incluso, lo ha llevado a convertirse en una especie de piedra en el zapato del expresidente César Gaviria Trujillo al que le cuestiona la falta de claridad a la hora de tomar decisiones, como es el caso en la entrega de avales tal cual ocurrió con el de Eugenio Prieto Soto y del propio que casi se lo niegan.-
En el 2019 aspiró por una curul en la Asamblea de Antioquia en una lista de la que resultaron elegidos los cinco primeros de esa plancha y sus 11.550 votos le permitieron ocupar el sexto lugar y, como los tiempos de Dios son perfectos, al renunciar Ochoa Tobón se le facilitaron los caminos para ingresar a la Duma Departamental.-
Antes de concluir la entrevista, el diputado reitera que las derrotas bien manejadas enseñan más que los triunfos, porque muchas veces estos llevan a la soberbia y a perder el horizonte y por eso cree que no es gratis el hecho de que en Murindó, por ejemplo, en donde apenas sacó un solo voto hace cuatro años, hoy tenga un candidato a la Alcaldía de esa cabecera.-
Por ahora está pendiente de las decisiones de su partido en el tema de candidato oficial porque como se sabe, Eugenio Prieto entregó el aval en una absurda consulta, según la opinión de los expertos, pero se muestra confiado en regresar por la puerta grande, junto con sus actuales cuatro compañeros de bancada, a la Asamblea de Antioquia, corporación que se ha desdibujado y ha perdido el protagonismo que la hicieron grande hace apenas pocos años.-