Que Maluma cante lo que le dé la gana; al fin y al cabo el arte debe ser libre; se trata de crear nuevas propuesta estéticas desde nuevas concepciones del mundo. La pregunta sería, ¿en verdad lo que canta el paisa y escuchan histéricos millones de seguidores tiene algún contenido artístico? Esa es la discusión en lo que concierne a Maluma como cantante. En cuanto a él como persona, sabemos que al fin y al cabo pertenece a un sector de su generación que admira a los narcos, busca desmedidamente el dinero, todo lo ve como mercancía y no alberga en sus corazones ninguna sensibilidad frente al otro, al punto de que unas muchachas enfermeras o un doctor puedan bailar y cantar de la forma más grotesca mientras atienden a un paciente en pleno quirófano.
Si Maluma fuera poeta sabría que puede escribir sobre cualquier cosa, pero aún más, que cualquiera que se considere artista pretende que su obra contenga un alto valor estético. Se puede hablar de sexo como lo hacía Gaitán Durán:
Desnudos afrentamos el cuerpo
como dos ángeles equivocados,
como dos soles rojos en un bosque oscuro,
como dos vampiros al alzarse el día,
……………………………………
O si queremos algo más explícito, podríamos ir a los siguientes versos de Bukowski:
esta mujer se cree una pantera
y a veces cuando hacemos el amor
ella gruñe y escupe
y su pelo cae
y ella mira a través de las mechas
y muestra sus colmillos
pero yo sin embargo la beso y continúo el amor.
Pero no, Maluma no tienen idea de estas cosas. Él no está concentrado en crear obras poéticas, sino en objetos vendibles, consumibles. “¿Cuál es el problema?”, nos dirá alguien. Y pensará que criticamos por pura envidia. El problema está en que quieran mentir, engañar y que efectivamente lo hagan. No nos pueden seguir presentando como artistas y poetas a quienes no lo son. Que digan lo que realmente los define: el afán de hacer negocios.
Así que el gobernador de Antioquia puede darle al cantante todos los escudos de oro que quiera, pero que no se convierta en crítico literario (no tiene ni idea de lo que es Arte, Literatura y mucho menos Poesía), y mucho menos que llegue al descaro de convertir a Maluma en un “poeta urbano” y que la prueba contundente para demostrarlo consista en que tiene 23 millones de seguidores. Claro, ni Borges ni García Márquez hubieran llegado a tanto.
Aunque preocupante, hay algo que inquieta aún más que el asunto estético: la concepción del tipo de sociedad que queremos construir. Al final, por mucho que intentemos ocultarlo, nuestra forma de ver las cosas se reflejan en nuestros discursos. Así que la afirmación del gobernador de Antioquia de que en la vida real Maluma no discrimina resulta, al menos, absurda. La canción “4 babys” hace parte de la vida real. ¿No son reales quienes la escuchan y aspiran un día a ser como el hablante de la canción o una de las 4 babys?
Esto último es realmente el mayor riego, porque al fin y al cabo con el tiempo el arte se irá decantando y pasarán al olvido todos esos adefesios que un día se consideraron obras de arte; si acaso se les recordará para ridiculizarlos. El asunto es el tipo de hombres y mujeres que estamos formando; hombres y mujeres insensibles, egocéntricos, incapaces de amar y valorar al otro en el afán de satisfacerse a sí mismos.
Al menos de eso deberían ser conscientes quienes nos gobiernan; pero ellos, la mayoría de las veces, también son ese tipo de hombres y mujeres.