'Qué culpa tiene el petróleo de estar tranquilo en el pozo, si llega un yanqui ladrón lo echa en un galón y lo manda a Nueva York'. Con esta frase finaliza el ensayo del economista Amilkar Acosta Medina en su Cuaderno No. 1 denominado La crisis energética y la expoliación imperialista, de fecha Diciembre de 1979. En él aborda lo acontecido con Ecopetrol, afirmando que la oligarquía Liberal - Conservadora la entregó maniatada a los pulpos imperialistas estadounidenses. El prologuista dice que a lo largo del ensayo se siente un aliento patriótico en defensa de nuestra nacionalidad pisoteada por el imperio yanqui y sus agentes en el Gobierno. En un aparte de este escrito, Acosta Medina dice textualmente que “solamente la Texas Petroleum Company (Y no hay que tener cuidado por el rotulo, que para el caso da lo mismo, ya que las compañías petroleras tienen mil rostros y apelativos como cualquier vulgar gángster (Sic)), ha recibido 15 concesiones en el Putumayo, donde se encuentran los más ricos yacimientos descubiertos en los últimos tiempos”.
En el segundo ensayo del economista Acosta Medina, Cuaderno No. 2 La crisis energética y el Carbón en Colombia: esperanza y frustración, en el prólogo escrito por el Coordinador del Centro Estudio del Trabajo (Cedetrabajo) Regional Antioquia, señor Jorge Aristizabal Ossa, afirma que “Amilkar Acosta vehemente fogonero en la lucha ideológica y política por la defensa de nuestros recursos naturales renovables y no renovables, nos presenta en estas páginas una muy preocupante situación: el próximo saqueo de otra de nuestras excelentes riquezas energéticas; el carbón”. En este Acosta Medina afirma que el Cerrejón, uno de los innumerables campos carboníferos existentes en el país --presentando adicionalmente ciertas condiciones de privilegio-- ha caído en manos de un monopolio energético. Además, expresa que al paso que vamos "El Cerrejón se agotará en poco tiempo y de esos recursos sólo quedará un ruinoso socavón, un dramático hueco, señal inequívoca de un saqueo afrentoso, sin beneficios para el país, pero sí para determinadas personas e instituciones que se harten de semejante festín". (El Espectador. Edición de la Costa. Octubre 13/79). Terminó afirmando que se practica la absurda política de luz en la calle y oscuridad en la casa.
Esos eran los pensamientos del economista muchos años atrás. Pero al contextualizar lo anteriormente expresado en los ensayos arriba referenciados con el presente artículo, tenemos que ocuparnos con la tragedia que hoy día atraviesa La Guajira con la desviación del Arroyo Bruno. Todo hace indicar que el comienzo de esta pesadilla empezó hace unos 9 a 10 años, cuando la Drummond se hizo a una licencia para explotar gas metano asociado a yacimientos de carbón, denominada con la sigla CBM. El área licenciada para dicho proyecto coincidía con el 100% de la licencia de explotación para carbón que tiene Cerrejón en La Guajira, tranzándose en un duro debate jurídico, porque al parecer es un extraordinario negocio. A pesar de lo difícil del tema, se podría resolver con un simple acuerdo de operación en la que la Drummond sacaba primero el gas y Cerrejón después el carbón, pero no llegaron a acuerdo alguno porque ninguna de las empresas cedió para no comprometer sus derechos. Lo cierto era que la Drummond reclamaba que el Gobierno Nacional no había reglamentado el tema del gas asociado al carbón CBM y eso impedía cualquier acuerdo.
La oportunidad se le presenta a la Guajira para poder dilucidar este tema y bloquear de manera tajante y definitiva tan horrendo despropósito del Cerrejón. Cuando el Presidente Santos nombra al economista Acosta Medina como ministro de Minas --porque las famosas licencias para explotar gas metano estaban en los mantos de carbón en el lecho del Rio Ranchería y del Arroyo Bruno-- se esperaba una oportunidad por el hecho de que en los escritos anteriormente referenciados se había pronunciado Acosta Medina en contra de las actividades extractivistas y del menoscabo del Departamento de la Guajira en las explotaciones de sus recursos, solo con el único fin de enriquecer a los inversionistas extranjeros. Pero cosa distinta a sus pensamientos anteriores reflejó el ministro, alineándose con las políticas extractivistas que antes discrepaba. No obstante, la situación fue contraria a lo que se preveía cuando de manera rápida busca soluciones para poner de acuerdo a las multinacionales, donde el primer esfuerzo que hizo para cumplir el objetivo fue expedir el Decreto 3004 del 26 de diciembre de 2013, proferido por el Ministerio de Minas y Energía, mediante el cual se establecen los criterios y procedimientos para la exploración y explotación de gas y petróleo en este tipo de yacimientos no convencionales, caracterizados por formaciones rocosas que exigen métodos especiales para el aprovechamiento de los recursos.
Expedido el Decreto solo faltaba poner de acuerdo a las multinacionales Drumond y Cerrejón. Y para eso les dio un ultimátum de un mes para que se pusieran de acuerdo, o por el contrario, el Gobierno tomaba cartas en el asunto. Esas afirmaciones están en todos los periódicos del país, entre las cuales reseñamos las siguientes: “Esperamos que el primer desarrollo a mayor escala que se va a dar en el país, se dé en La Guajira, en los mantos de carbón del Cerrejón, donde la empresa Drummond tiene ese bloque a su disposición y es inminente el acuerdo entre las dos firmas para poder dar curso a este primer desarrollo”; “Nos parece que un plazo prudencial es de un mes. Esperamos que a más tardar en el transcurso de noviembre haya luz al final del túnel. De otro modo, nosotros como Gobierno tendríamos que actuar”, además de las informaciones reseñadas por los diarios nacionales: “De acuerdo con el Ministro Acosta Medina, a los recursos en yacimientos no convencionales se vendrá a sumar también el aprovechamiento del gas metano asociado a los mantos de carbón, en donde Colombia tiene un enorme potencial”, la confirmación fue hecha por el ministro de Minas, Amylkar Acosta, quien explicó que el arreglo se logró gracias a la mediación de su despacho”; “Nace una nueva oportunidad para la industria del carbón con el gas metano asociado a los mantos de carbón”, aseguró el jefe de la cartera energética al recalcar que mientras Colombia tiene actualmente reservas de CBM que alcanzan los siete tirapiés cúbicos, el potencial de explotación en los nuevos territorios supera los 40 tirapiés cúbicos”. Esto explica que las futuras explotaciones de gas metano asociado con mantos de carbón se desarrollarán en el complejo carbonífero de El Cerrejón.
Entonces es preciso preguntarnos, ¿Qué pasó?. ¿Por qué ese repentino cambio de criterio y de concepto con respecto a lo que pensaba antes y lo que piensa y realiza ahora? ¿Antes era la oligarquía Liberal – Conservadora que entregaba los recursos a los inversionistas extranjeros? ¿Hoy no es la misma oligarquía Liberal – Conservadora?. ¿Antes el Yanki era ladrón hoy no? ¿Qué intereses lo animaron cambiar de concepto? ¿Por qué la Guajira no ha escuchado su discurso en contra del desvío del Arroyo Bruno?.
No pretendo buscar una respuesta, solo que haya entendido, Sr. exministro, que el agua es un derecho fundamental, además de ser un bien público y la Guajira que tanto le ha dado a Ud. solo esperaba que se pronunciara con respecto a la desproporcionada idea del Cerrejón de desviar el Arroyo Bruno. Pero como Ud. fue el artífice del acuerdo entre la Drummond y Cerrejón, justifica su silencio, el cual deslegitima el lema que ha venido vociferando: “de lo que es con la Guajira es conmigo”. Somos unos libres pensadores. Espero no catalogue esta nota como una diatriba.