Amparo Fortaleché Triana “es víctima de todas las violencias, aprendió a leer con las manos de barro y los pies descalzos, como todas las niñas y niños campesinos”, dice el escritor Fernando Ayala Poveda.
Sin ningún nexo político, Amparo es una activista con estudios de Ingeniería Industrial, quien aspira a ocupar una curul de paz en la Cámara de Representantes dentro de las circunscripciones transitorias especiales.
Amparo Fortaleché Triana podría ser elegida por el voto de las víctimas del Huila. La activista cree en la gobernanza de las mujeres del cacao, el café, la papa, la sostenibilidad agroalimentaria y el derecho a que los colombianos se sanen a través de las posibilidades de contar su historia.
De igual manera, cree en una educación que prevenga el feminicidio, la trata de personas, la violencia política y todas las formas de machismo. “La niña del barro”, como solían llamarla sus maestros, rechaza la niñez sin infancia, las marcas del abuso, el despojo, las muchas veces en que sus propios coterráneos la sacaron a rastras del escenario de la cultura o las repetidas oportunidades en que los patrones la mantuvieron prisionera en su sitio de trabajo, sin derecho al lavabo a pesar de sus ataques de asma.
“Aunque su historia clínica la diagnostica como paciente catastrófico, la niña de barro que perdió un zapato cruzando los ríos del desplazamiento y la sangre, revivió para caminar al lado de las niñas del país que queremos”, dice el escritor Ayala Poveda.
Amparo es coprotagonista de la novela La guerra de los Violines del escritor boyacense, una historia contada por mujeres, madres, viudas, esposas sin tierra y sin más medicina que la música colombiana para reparar sus dolores ocasionados por el conflicto armado colombiano.
“Una víctima no tiene ni para la comida”, dice Amparo. “No tiene formas de vivir, es por eso que las políticas para las víctimas deben ser más flexibles, que tengan oportunidades, una esperanza para un porvenir mejor”.
Desde cuando aprendió a leer y a escribir se convirtió en una difusora de la literatura intentando hacer país y motivando a los jóvenes y niños para que abran puertas a través del conocimiento y los procesos académicos. “No se puede seguir abusando del niño que no puede defenderse, de la persona que se aparta de las inclinaciones sexuales aceptada como convencionales”, manifiesta.
Nacida en los horrores de la guerra y el maltrato, Amparo Fortaleché Triana intenta conseguir una de las curules de paz en el congreso, después de cumplir requisitos y múltiples exigencias establecidas por la legislación colombiana.