David Rojas a sus 27 años sigue recibiendo los atardeceres de domingo hundido en la angustia y la depresión. Aun no se libera de esos recuerdos atroces cuando de niño en el colegio en Cali, sus compañeros lo acorralaban con las burlas y las humillaciones. Por cualquier cosa: por ser buen estudiante, por la piel blanca, casi lechosa, que contrastaba con los trigueños e incluso afros que se mezclaban entre sus compañeros.
El matoneo duró cinco años y como pasa casi siempre, optó por el silencio. Hubiera preferido señalar a quienes le amargaban la vida pero los soplones terminaban con su cabeza clavada en el inodoro. Se graduó, viajó a Bogotá a estudiar Ingeniera industrial en la Universidad de Los Andes pero nunca tuvo paz: en la cara de cada compañero de clase, encontraba los viejos fantasmas del matoneo escolar. Ni siquiera, cuando empezó a trabajar en una multinacional, lograba sacudirse la paranoia de que regresarán las bromas con las que lo humillaban en el colegio.
Fue asi como, mientras tomaba café con su Eva Mariel Espitia, con su compañera de estudios y quien también había sido víctima del matoneo, tuvieron una idea que se les convirtió en un motor de vida: cómo evitar que otros vivieran los días amargos del colegio. David renunció a un sueldo de $12 millones mensuales y empezó junto a Eva a desarrollar una herramienta tecnológica que resultara útil para combatir el matoneo.
Las consecuencias del matoneo no son banales. Según el Ministerio de educación, uno de cada cinco niños en Colombia es víctima de matoneo y no pocos terminan en suicidio o en frustraciones que los atormentan toda la vida. Sin embargo es poco lo que las instituciones educativas hacen para evitarlo, prefieren ignorarlo y no entrar en conflicto con los padres de familia. Crearon Amis.
Amis conecta a estudiantes, padres y colegios en una red de reportes e historias que pueden ser desde denuncias anónimas con seguimiento y análisis de cada caso en particular que ayuda tomar decisiones oportunad para evitar el 'bullying'
La aplicación permite denunciar, detectar y corregir las agresiones que se hacen de manera anónima y ya la están usando cuatro mil estudiantes en Bogotá. De acuerdo a la información puede identificarse cual estuiante tiene mayor probabilidad de ser matoneado o matoneador. Las estadísticas muestran que el insulto que más se repite es el de “gorda” y que la insistencia de esta burla en una adolescente generalmente deriva en anorexia o incluso en suicidio.
La iniciativa Amis fue apoyada por el programa de Colciencias Apps.co y la enriquecieron varios profesores de la Universidad de los Andes y tres programadores de la Universidad Nacional que la han hecho todavía más eficaz.
Lo ideal es que la aplicación sea adquirida por las instituciones escolares a las que les cuesta $2.000 pesos por alumno. Las denuncias, siempre anónimas, salvaguardan a los muchachos de las retaliaciones de los bravucones y el mismo programa expone una serie de estrategias para corregir los comportamientos.
Los cuatro años de trabajo de David y Eva Mariel, están empezando a dar frutos. Disney está interesada en comprar la iniciativa y la Conferencia Episcopal de Cali quiere adquirirla para ayudar a 30 mil niños de la calle que están bajo su custodia. La alcaldía de esa ciudad también está en negociación para adquirirla. Jean Phillipe Bernier, experto en inteligencia artificial, quiere fortalecer el algoritmo, que se alimenta de estadísticas, para que el programa cobre vida propia y se convierta en un organismo con mente autónoma, que detecte el sólo el problema.
Amis es, en un futuro inmediato, la herramienta más efectiva para erradicar el matoneo en los colegios.
Se puede encontrar en: Amis.com.co