En los últimos días en Colombia se ha intensificado un debate en redes sociales, por chats y hasta en las tiendas de barrios: ¿votar por Trump o Biden? Disputa que los uribistas se han encargado de llevar al escenario colombiano. ¿Pero quién carajos son estos tipos? ¿Y por qué carajos los uribistas temen del socialismo en la tierra del tío Sam? Parece chiste, pero es realidad.
Donald Trump ha sido desde hace algunos años un empresario exitoso, millonario, un tanto diva, estrella de un show de televisión y hoy presidente de los Estados Unidos de Norteamérica. Como político, a principio de su campaña acusó a los latinos (incluyendo a colombianos) de llevar miserias y delincuencia a su país, críticas que muchos reprobaron y otros apoyaron ferozmente.
Joe Biden es una persona con un amplio recorrido en la política estadounidense, senador por 36 años, que ejerció como vicepresidente en dos periodos del primer presidente afroamericano en la historia de su país. Realmente es claro que no estamos hablando de un novato, cuando de mencionar su nombre se trata.
Para que el colombiano promedio entienda la situación, es claro mencionar que Trump es militante del partido republicano, el del elefantito. Si fuese en Colombia nos estaríamos refiriendo a que él fuese del Conservador o del Centro Democrático, y ya sabemos qué piensa una gran parte de colombianos de estos partidos.
Mientras que Biden hace parte del partido demócrata, el del burrito. Si lo relacionamos a lo colombiano sería fácil involucrarlo con el Liberal y hasta con Cambio Radical. Si al colombiano promedio, en especial a esos uribistas fanáticos, desinformados, fáciles de manipular y engañar, se le habla en estos términos, a lo mejor tal vez hasta cambien de posición.
Y desde aquí comienzo a referirme, burlarme y criticar a esos uribista, que en su gran mayoría son pobres y a quienes nunca jamás le darían visa para ir a Estados Unidos, que nunca saldrán de aquí porque no tienen las oportunidades y mucho menos los medios para ir a pasear a un país como Estados Unidos, que repiten y repiten como loros todo lo que les dicen.
Amigo uribista, rico o pobre (porque los dos repiten), no es la primera vez que Estados Unidos (en caso de ganar Joe Biden) va a tener un presidente demócrata, lee bien demócrata, que no lo estamos llamado socialista. Antes de él fue Franklin D. Roosevelt, John F. Kennedy, Jimmy Carter, Bill Clinton y Barack Obama. Y adivina qué, amigo uribista, no se volvieron ni comunistas, ni socialistas, ni castrochavistas.
Hace cuatro años Trump acusó a Hillary Clinton de ser manejada desde el Kremlin en Rusia, ¿se imaginan eso?, ¿que un estadounidense de la talla de Clinton se deje manipular desde allá? Pero esta vez fueron realmente se pasaron, ahora le pusieron nombre. Hasta Trump acusó a Gustavo Petro de interferir en Estados Unidos, ¿pueden creerlo? Debo reírme aquí sin duda. Petro genera polémica y debate en Colombia, es capaz de crear conciencia acá en su tierrita natal, pero no nos crean pendejos con semejante burrada. O bueno, no crean pendejos a los votantes de allá.
Estados Unidos nunca será comunista, ni socialista, ni castrochavista, porque el ideal político, económico e ideológico del estadounidense es ese que todos conocemos como “el sueño americano”, donde la cara del Che, Castro, Lenin no está. El estadounidense sueña con su país de Coca Cola, McDonald’s y el tío Sam. Ese viejito vestido de colores de la bandera roja, blanca, azul y estrellitas se refleja tanto en Biden como en Trump. No olvidemos la Doctrina Monroe, “América para los americanos”, donde no se incluye a Colombia, ni a México, ni a Perú, ni a Brasil (aunque nosotros también hagamos parte de América). Ojalá y alguien en el futuro reacomode esa frase: “Estados Unidos para los estadounidenses”.
En fin, gane Trump o Biden, Colombia seguirá siendo el exprimidero de grandes empresas estadounidenses, europeas y asiáticas, porque mientras el pobre le rinde pleitesías al político rico de aquí, los políticos de aquí (en especial los uribistas), se arrodillarán a lamerme a cualquier estadounidense que sea presidente o empresario, sin importar que sea demócrata o republicano, porque lo ven como lo mejor. Si esa confianza se la tuviera al colombiano promedio, al pequeño o mediano empresario, sin duda Colombia sería un país en crecimiento constante y algunos no estarían tan pendientes de las campañas políticas de allá. Por cierto, amigo uribista, ¿ya hizo maletas para ir a votar por Trump el 03 de noviembre?
