En un momento en que el fascismo muestra sus fauces con las intenciones siniestras de desestabilizar por completo la menguada paz mundial, en la República Bolivariana de Venezuela se lleva a cabo una de las luchas más importantes de nuestra América Latina. Los conflictos están por todas partes y el peligro de una conflagración mundial es evidente.
Las potencias imperialistas necesitan de la guerra como los peces necesitan del agua. El Pentágono aseguró que Washington vendió en el año fiscal 2017 armas por un valor superior a los 41 mil 930 millones de dólares, un crecimiento de 25% en relación con el 2016, y el Instituto Internacional de Investigaciones de la Paz en Estocolmo señaló que EE.UU. realizaba el 57% de todas las transacciones de armamento del mundo, seguido de Reino Unido (9,6) y Rusia (7,1%)
Pues bien, el gobierno bolivariano de Venezuela y su bravo pueblo sigue resistiendo la ofensiva grosera y desestabilizadora de gobiernos antipopulares y neoliberales de la región. Ha sido una lucha fuerte, desigual y sostenida en el tiempo cada vez más agresiva y peligrosa. Sin embargo, el gobierno de Nicolás Maduro sigue defendiendo principios como soberanía, reciprocidad, no injerencia y el derecho a la autodeterminación; principios que riñen con los preceptos que orientan la globalización y son contrarios a las políticas económicas del modelo neoliberal que enojan a la banca mundial.
El comandante Chávez calificó en su momento al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional como “mecanismos del imperialismo” y tenía toda la razón. Hoy el Fondo Monetario Internacional tiene a la república de Argentina sumida en una aguda crisis económica y sin posibilidad alguna de ver la luz al final del túnel: los tarifazos (luz, transporte y combustible) y la pérdida de puestos de trabajo (+de 15000), la alta inflación. ¡Cómo ha salido de caro el préstamo de 50000 millones de dólares por parte del FMI al gobierno de Macri! Es el pueblo de Argentina quien carga con este pesado fardo. No obstante, desde el Macrismo también se escuchan cánticos de guerra contra Venezuela.
Por su parte, Colombia, con un escenario social nada fácil, le urge dedicarse por completo a encontrar la salida de la crisis social y económica en la que está sumergida. Actualmente más de 3,5 millones de colombianos sobreviven en pobreza extrema, mientras 12.8 millones se encuentran en pobreza monetaria, así lo registra la campaña que desde el Congreso de la República se publicita en las redes sociales y con un ingrediente especial, asumen el compromiso de mejorar las condiciones de vida de esos colombianos. Entonces, la pregunta obligada es: ¿de dónde sale el comportamiento guerrerista del gobierno Duque?
Entre tanto, el Congreso de la República aprobó el presupuesto para el año 2019 en un monto que alcanza los 258,9 billones de pesos, de los cuales se le asignó 33,5 billones de pesos al sector de la defensa. Lo paradójico es que faltan 14 billones de pesos para financiar programas sociales y de inversión que seguramente le arrancarán al pueblo colombiano. ¡Pobre Colombia! Las estadísticas confirman que mueren 18 personas de hambre a diario y que el 54,2% de hogares no tienen seguras sus comidas diarias. “Esto es una barbarie”, afirmó el magistrado de la Corte Constitucional Alberto Rojas Ríos con relación a los 4.770 menores wayúu fallecidos por física hambre en los últimos 8 años.
No obstante, la gran diferencia es que Colombia no es víctima de embargos económicos ni de guerras económicas, ¡Venezuela sí lo es! Al gobierno venezolano le tienen secuestrado más de mil millones de dólares (EUROCLEAR) con los cuales podría acceder a la compra de medicamentos y alimentos. Han bloqueado todas las cuentas de este país, han cerrado todas las corresponsalías bancarias, así lo denunciaba, Tareck El Aissami, vicepresidente sectorial del área económica.
El imperio norteamericano persiste en el perverso proyecto de aumentar la presión diplomática y financiera, pero el pueblo, su gobierno y las organizaciones revolucionarias, democráticas y progresistas sabrán responder con valentía esta guerra... ¡América Latina está expectante, la República Bolivariana no está sola!