No son buenas las perspectivas para el sector de los restaurantes en Colombia. De acuerdo con las cifras de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica (Acodres), el 60 % de los establecimientos está en riesgo de desaparición si no se reactivan operaciones.
En diálogo con Valora Analitik, el presidente de Acodres, Guillermo Henrique Gómez, remarcó que este es un renglón de la economía muy afectado por el confinamiento preventivo obligatorio.
Al cierre de mayo —según detalló— 27.000 establecimientos cerraron de manera definitiva, 46.200 permanecen cerrados y solo 16.000 están despachando domicilios, “aunque lo hacen a pérdida porque esa es una operación costosa”.
“Estos números dan cuenta de una desaparición de la tercera parte del sector en Colombia. Eso se traduce en la destrucción de 180.000 empleos directos y ese número continúa aumentando”, reveló Gómez.
En medio de esta realidad, mencionó que se han mantenido diálogos constantes con el Gobierno y se entregó el texto con los protocolos de bioseguridad necesarios para reabrir los restaurantes.
Celebró el hecho de que se aprueben pilotos de funcionamiento en regiones libres del coronavirus. Sin embargo, “seguimos en vilo con los municipios en los que hay presencia del Covid-19”.
En la franja de los territorios más afectados por el patógeno se incluyen las grandes ciudades, cuya dinámica —conforme a lo explicado por Gómez— “es de un alto significado para la generación de ingresos y empleos en el sector de los restaurantes”.
Cómo funcionarían en la pandemia
Desde el punto de vista del presidente de Acodres, los establecimientos podrían operar sin problema respetando los protocolos de bioseguridad. Esto porque se trata de un área productiva a la que ya se le exigen estrictos parámetros de inocuidad.
Con respecto a los aforos —según dijo— “hay una gran cantidad de negocios que pueden sostenerse con una ocupación limitada y en los sitios más pequeños se exigirían más cuidados en aras de minimizar los riesgos”.
“Se han propuesto las famosas mamparas (divisiones acrílicas en las mesas) y hay propuestas para sacar mesas al aire libre frente a los restaurantes en ciudades que lo permitan”, comentó Gómez.
“Son estrategias que se han ensayado en EE. UU. y en Europa y creemos que aquí se pueden ir implementando progresivamente”
Pocos Créditos
Hasta el momento —de acuerdo con Gómez— el acceso a los préstamos a través de líneas crediticias especiales “prácticamente es cero. No se está inyectando liquidez a nuestro a sector. Para reabrir no solo se requiere la autorización del Gobierno, también hace falta el capital operativo”.
El bajo financiamiento, desde su perspectiva, obedece a una percepción errada en el mercado: “Se concluye que los restaurantes pueden sobrevivir con domicilios y eso no es cierto”.
A lo anterior, también se suma la falta de solidaridad de los arrendadores; quienes se han mostrado inflexibles a la hora de acordar pagos y optan por exigir de vuelta los locales, tal como lo reveló Gómez.
Todo lo anterior crea un coctel nocivo para la supervivencia de los restaurantes, cuyas ventas este año —de acuerdo con Acodres— podrían caer a un $1 billón desde los $9 billones registrados en 2019.
Del 20 % de la industria formal representada por esta agremiación, dependen dos millones de empleos que, a juicio de Gómez, deberían protegerse autorizando la reapertura.
Desde el punto de vista macroeconómico —añadió— sería mejor conservar esas plazas laborales y así evitar más endeudamiento estatal con el ánimo de expandir los subsidios al cesante.