La pornografía está lejos de ser la esencia del erotismo. La pornografía se detiene demasiado en lo genital. El erotismo no necesita mostrar nada de eso, porque sin tetas sí puede haber paraíso, muy a despecho de Gustavo Bolívar, su novela y Caracol Televisión.
Amaranta Hank hizo dos burdos vídeos caseros de pornografía y por eso le llaman actriz de porno. A mí no me molesta que la llamen como quieran, pero me imagino la molestia que pueden experimentar los ejecutivos del imperio Playboy Enterprises si llegasen a ver aquella producción fílmica.
¡Cómo se ha degradado el negocio de la pornografía!, pensaría Hugh Hefner, fundador de la revista.
El canal The Film Zone presenta películas con contenido erótico de muy elevado nivel. Repito: una cosa es el erotismo y otra cosa muy distinta es la pornografía, la genitalidad. No se trata de un desprecio al cuerpo, es desagrado total por la exhibición genital.
Muchos jóvenes de mi generación, soy un millennial y no puedo dejar de serlo, seguimos recordando la serie gringa Guardianes de la Bahía. Y ya saben por qué. Nadie ha logrado olvidar a la salvavidas C. J. Parker o Pamela Denise Anderson.
Qué tal que hubieran visto la actuación de Pamela Anderson en Guardianes de la Bahía. Veamos también como algo ilustrativo Medias Veladas. No se veían los órganos genitales externos por ningún sitio. Y eso es una algo espléndidamente logrado.
Pero bueno. La pornografía es un negocio muy rentable: la revista Playboy vende 3 millones de ejemplares al mes y actualmente es la revista para adultos más vendida en Estados Unidos.
Yo comprendo que hay gente que no puede dominar el afán en la búsqueda del éxito. Se desnudan en YouTube, Facebook o Twitter con el objetivo de conseguir millones de seguidores y conseguir la posibilidad de ser una cibercelebridad.
Algunas personas le venden el alma al diablo con tal de dejarles ciertas comodidades a sus familiares.
Amaranta Hank no es una actriz porno ni tampoco una súper estrella de la industria de entretenimiento para adultos. No lo es.
Solo por eso no me he puesto a ver la calidad actoral de Amaranta Hank en sus dos burdos vídeos caseros de pornografía.
Por último, considero que tengo que ser honrado. Debo dar el crédito y por ende reconocer que fue un usuario de las redes sociales, más exactamente alguien de ese pueblo fantasma llamado Google Plus, quien realizó un comentario en el que señalaba que Amaranta Hank tan solo había realizado dos vídeos caseros y que eso era a lo que le llaman pornografía.
