Antes de meterse en política Gustavo Bolívar gozaba de fama y fortuna. Casas en Miami, millones de libros vendidos, hoteles, yates, todo parecía funcionarle a la perfección. El común de los colombianos lo tenía referenciado era como un escritor de telenovelas de mucho éxito. Es que a finales de la década del diez no había un escritor más famoso que el nacido en Girardot. Por un sentir propio, honesto, decidió cometer el peor error que cometió en su vida: meterse en política.
Y lo hizo por la genuina admiración que le despertaba un político como Gustavo Petro. Entonces no sólo ofreció y donó una millonada para la campaña presidencial de Petro del 2018 y, además se lanzó al senado. A pesar de sus defectos Bolívar es uno de los senadores que más trabaja y además que más trina. Su petrismo le ha causado problemas profundos, como lo que sucede con su hotel en Girardot cuyas tarifas están destinadas a un público estrato 5 y desde allí se ha venido imponiendo un boicot contra el hotel por las convicciones políticas del senador.
Estar en política le ha traído además estar en la lupa pública y que se ventilen problemas personales como el que hizo en su video el actor y cantante Bruno Díaz. Que además se ventilen rumores como que hace fraude con la energía eléctrica, que no entrega facturas a sus clientes, lo que revelaría una posible evasión de impuestos. Además se afirma en emisoras como Blu Radio que Bolívar no le estaría pagando a tiempo a sus empelados.
Con ideas tan polémicas como patrocinar la Primera Línea, que ganó el repudio nacional, y estar expuesto a escándalos como el de Bruno Diaz y que además su radicalidad política, muchas veces agresiva y demencial, le hizo ganar la inquina de las productoras que ya no confían en sus proyectos.
A Bolívar se le vienen investigaciones encima y es probable que, dificilmente, pueda seguir escribiendo después de dejar su carrera política en donde lo ha perdido todo.