Entre diciembre y enero siempre siempre hay un gran abismo: de la bulla con los catorce cañonazos, los reencuentros familiares, los regalos, el abrazo con las tías, la comida en abundancia, los viejos amigos, el ex que ya tiene hijos, los paisajes de la tierrita, la tranquilidad de sus calles... a lo que en términos psicológicos podríamos denominar "guayabo post fin de año"; se viene el regreso al trabajo, "mijita, prepárese el desayuno", el ruido de la ciudad, el jefe que tanto odiamos, los trancones y la soledad.
El sentimiento de añoranza que nos invade cuando empiezan a encenderse las luces navideñas, las invitaciones a la novena, la musiquita decembrina en el bus, la llamada de la mamá "mijito, ¿cuándo viene?" no se compara con ninguna sensación en ninguna otra época del año. Lo complicado viene cuando nos abrazamos deseándonos un feliz año el treinta y uno, luego el primero de enero "desenguayabamos" y ya empieza a corrernos pierna arriba un dolorcito molesto porque sabemos que la "guachafita" está por terminar, al menos para los seres mortales que tenemos una vida normal.
Fundamentalmente, enero es un mes de crisis a todo nivel: económico, psicológico, social, laboral y hasta intestinal. Nos invade cierta tirria por la vida, al menos mientras nos agarramos de nuevas motivaciones y nos reponemos. Lo cierto es que si volteamos la torta podemos sacarle jugo a este mes de iniciación y que no suene tan dramática la cosa. Enero es la oportunidad perfecta para aplicar la filosofía del borrón y cuenta nueva y no sólo porque sea el primer mes del nuevo año sino porque nos acompaña todavía cierta nostalgia por dentro que bien manejada nos puede convertir en personas más productivas.
La clave está en sacarse tiempo uno mismo. Después del trabajo buscar un sitio bonito y tomarse un café con agenda en mano, llegar a casa, apagar el wifi y sentarse un ratico con usted, "pegarse la rodadita" a un parque el domingo, respirar y sacar la libretica. Hacer un balance, una proyección de lo que más quiere no en su vida, sino al menos este año. Dese la oportunidad, usted se conoce, usted sí sabe "quién es usted". Inténtelo. De veras que enero le puede cambiar la vida.