En julio de 2009, durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez, una de las funcionarias condecoradas con la Medalla Coronel Guillermo Ferguson por sus servicios, fue Gloria Marina Becerra Sánchez, actual ama de llaves de Petro.
Cuenta la historia que el coronel Ferguson dio la vida por el Libertador Simón Bolívar en la noche septembrina y la medalla que recibió Becerra Sánchez entonces, destacaba la dedicación, las horas de trabajo día y noche para que quien esté en el cargo de Presidente de la República cumpla con la tarea que debe cumplir.
En ese momento Gloria Becerra recibió el reconocimiento como parte del equipo integrado por siete funcionarios responsables de manejar los Salones de Estado y las Casas privadas de la Presidencia de la República entre las que figuran la casa privada del Presidente de la República, la Hacienda Hatogrande y la Casa de Huéspedes Ilustres de Cartagena.
Hoy, Gloria Becerra es la coordinadora de los Salones de Estado y las Casas Privadas que, en términos cristianos, es ser ama de llaves a la que le ha tocado amoldarse a los muy diversos gustos de las parejas y familias presidenciales desde cuando llegó a la Casa de Nariño durante la presidencia de Julio César Turbay Ayala en 1981, hasta lidiar ahora con los caprichos de Gustavo Petro, el primer presidente de izquierda en la historia del país, y la primera dama Verónica Alcocer.
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En su quehacer diario, Gloria Becerra como ama de llaves se ha encontrado con personalidades tan diferentes como la de la silenciosa Lina Moreno, esposa del expresidente Álvaro Uribe; la elegante María Clemencia Rodríguez la primera dama durante el gobierno de Juan Manuel Santos a quien el país conoció más como Tutina o María Juliana Ruiz, la señora de Iván Duque que algunas veces fue blanco de burlas por culpa de sus diseñadores.
Atiende caprichos
Aunque su contrato actual de 10 millones de pesos mensuales en promedio con el Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre) solo le asigna labores de apoyo, lo cierto es que a Gloria Becerra le toca lidiar con todos los caprichos y excentricidades de los ilustres huéspedes, entre los que se incluyen empresarios o miembros de la realeza como la Reina Letizia de España que visitó a Colombia recientemente.
Cuidar hasta el más mínimo detalle es condición infaltable para ser un buen anfitrión en una propiedad como la Casa de Huéspedes llustres de Cartagena, proyectada por el arquitecto Rogelio Salmona entre 1978 y 1981 al que llamó inicialmente Casa del Fuerte del Manzanillo para evocar la defensa criolla en la época colonial. Los patios son el atractivo de la Casa que tiene capacidad de albergar a muchas personas a la vez que desde allí pueden apreciar la belleza de la Bahía de Cartagena.
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