Aunque la mayoría de medios seguramente a propósito minimizaron el reciente encuentro del senador Uribe con el exvicepresidente Vargas Lleras en el Huila, reviste una trascendencia que cambiaría el rumbo del país de hoy. Esa cercanía fue más de lo previsto. Sus afinidades siguen intactas ideológicamente y ante la polarización una fuente muy cercana a Vargas Lleras comentó que no tendría ningún inconveniente en hacer una alianza para las elecciones presidenciales próximas.
La fuente afirma que en el escenario de un crecimiento de la izquierda fortalecida por Santos y algunos de sus parlamentarios liberales y de la U, no habría otra opción. Más aun cuando en ese espacio tendría seguramente cabida el movimiento delas FARC. Es decir que ahora mismo están abiertas todas las posibilidades para contemplar por parte del uribismo, un acuerdo con Germán Vargas y asegurar la presidencia en el 2018.
Pero por allí mismo el otro alfil ideológicamente afín al uribismo que aun anda suelto es el exministro Juan Carlos Pinzón, que en la reagrupación se alinearía a la derecha ya que detesta todo lo que tenga aroma a FARC. Tendrán que hacer algún tipo de acuerdo, ya que si bien iría del lado del CD, aun no le alcanzaría para ser candidato presidencial, casi que ni siquiera para el cargo opcional de vice, aunque deben negociar. Para cualquier movimiento tener a Pinzón es un importante golpe de opinión.
El otro gran dilema que se le viene a Uribe y su CD, es el espacio que ya estaría buscando Luis Alfredo Ramos, que independiente a la demorada decisión de la corte, ya piensa en su candidatura presidencial. Este si sería un serio peso pesado que le abriría un enorme boquete a los demás precandidatos de Uribe. Ramos tiene apoyo de la mayoría conservadora, de un buen sector liberal, de amigos de la U, de la clase empresarial y de un gran sector de la opinión pública independiente. Sería el único por ese lado en generar el máximo consenso y una convocatoria más diversa.
En esas condiciones, las apuestas de Uribe serían de difícil decisión aparentemente. Pero lo único seguro es que quiere retomar la presidencia a como de lugar. Por lo tanto la decisión tampoco sería complicada, ya que pragmáticamente debería recibir el apoyo, el candidato que divida menos y además tenga importante ascendencia en otros movimientos. Pero por encima de todo el que ofrezca mayor confiabilidad.
Así está el panorama hoy, cuando la alianza Uribe – Vargas Lleras, es prácticamente una realidad. En la práctica todo depende de unas matemáticas y de unas coyunturas próximas a darse como el caso de Luis Alfredo Ramos. Por ahora el gallo tapado que aun no se ha manifestado públicamente. Cuando lo haga, las mismas encuestas ya reflejarán su presencia.