El abogado uribista José Luis Reyes Villamizar acaba deponer una tutela contra Matador por publicar una caricatura en la que ofende y atenta contra el buen nombre tanto de Iván Duque como el de todos los seguidores de nuestro Presidente Álvaro Uribe. El descarado caricaturista ahora salió diciendo que lo quieren censurar y se siente intocable. No es posible que una persona como Uribe, expresidente y tal vez el hombre más importante en este país, tenga que aguantarse todas las denuncias en su contra, lo haga en silencio y lo obliguen a retractarse de sus palabras, aun sabiendo que son ciertas. Uribe tiene el honor de aceptar los dictados de la justicia, y con mucha altura ha salido a rectificar cada vez que le toca. ¿Ahora tiene que aguantarse todo el palo que le dan, pero cuando quiere defenderse, de la misma manera en la que hacen todos los periodistas en este país, escudados en la libertad de prensa y expresión, tiene que quedarse callado y lo acusan de tirano?
Doblemoralistas en este país los hay en todos lados, pero la responsabilidad de Matador es aún mayor por tener tarima para hablar. Casi todos los días es publicado en El Tiempo, y no le tiembla la mano para insinuar que los uribistas somos unos cochinos, que le debemos no sé qué a la justicia. No les parece que, si Uribe o alguno de nosotros tuviéramos algo que ver con, paramilitares, por ejemplo, ¿ya no hubiéramos caído ante la ley?
Respeten un poco porque por encima de cualquier interés político está el buen nombre de las personas.