Difícil de entender la magnitud y trascendencia de la determinación del gobierno Petro de proclamar como “gestores de paz” a un grueso grupo de los antiguos paracos que hicieron casi siempre de narcotraficantes. Esta medida puede ser atrevidamente inteligente o cantinflesca. Puede prestarse para llenarse de esperanza en el futuro de Colombia en paz o de acicate que acelere la huída de compatriotas y, más aún de capitales.
Pero como también puede ser parte de una concepción atrevida del presidente Petro de encontrar la paz o una manera maquiavélica de demostrarle a Uribe que él si es capaz de reintegrar bajo un mismo techo de perdón y olvido desde los actuales traquetos disfrazados de disidencias hasta los ancianos y vencidos paracos, el abanico de interpretaciones se abre mucho más. Quizás Petro busca encontrar la confianza que el país le perdió por su disfraz de cambio. Quizás ante el pragmatismo que invadirá a los Estados Unidos con Trump, imitar el esquema de negociación de los gringos con bandidos confesos y condenados resulte ser un mensaje digerible para el anciano nuevo presidente norteamericano. Todo puede ser posible y ojalá el elevar a dialogantes de la paz a quienes hicieron guerras atroces sea una salida genial y no un escupitajo en la cara de los millares de víctimas.
Manera maquiavélica de demostrarle a Uribe que él si es capaz de reintegrar bajo un mismo techo de perdón y olvido desde traquetos disfrazados de disidencias hasta ancianos y vencidos paracos
Pero se corren muchos riesgos, tal vez demasiados. Trasponer el sentido de justicia, por injusta que ella haya terminado siendo, es patasarribiar el orden que mal que bien los fundadores de la patria instauraron y que nos ha servido para llegar hasta hoy. Ojalá que todo no sea una contradicción y que cuando Petro nombre a Alvaro Uribe Vélez como gestor de paz ni el expresidente sienta que lo igualaron con los peores ni el país adormecido vaya y entienda que Uribe habrá perdido ,ahí si ,la batalla final y todo termine sonando a venganza de siete suelas.