Para abordar el tema de hoy tuve que acudir al sexólogo José Manuel González, a Internet, ¡y a Archibaldo, uno de los personajes de Plaza Sésamo! Sí señores, tal como suena. ¿No lo recuerda?
Mi hijo menor tiene nueve años. Viendo noticias mencionaron la comunidad LGBTI y claro, hizo la pregunta: ¿Mamá, qué quieren decir esas letras?... Quería que me comiera la tierra. Me acordé de cuando mi hijo mayor (que hoy es universitario) tenía seis años, estaba viendo un especial de National Geographic sobre la fecundación y me preguntó:
—¿Qué es esa bolita que bate la colita tan rápido?
—Es un espermatozoide y, me adelanté, es la semillita que el hombre pone en la mujer para que nazca un bebé.
Pensé que eso quedaba ahí, porque la recomendación del sicólogo había sido: “Cuando le pregunte sobre sexo, dígale siempre la verdad pero no diga más allá de lo que pregunte”. Lo que pasa es que mi hijo si fue más allá y vino la pregunta de oro:
—Mamá, yo me pregunto ¿cómo hará esa semillita para llegar a ese lugar?
Entonces uno comienza a pensar cómo explicar y para eso se imagina “TODO”; ahí es donde viene el enredo. Retomé el control y dije: “Sigamos viendo el especial a ver cómo es”. Pura mamá novata, pero recursiva.
De esta salí bien, pero con mi hijo menor el asunto estaba más complicado, porque ¡cómo explicar el significado de cada letra! Con seguridad iba a preguntar qué quería decir el término de cada una. ¿Ustedes lo han pensado? Traten de explicarle a un niño de nueve años lo siguiente:
L.G.B.T.I:
L-Lesbianas
G-Gais
B-Bisexuales
T-Trans
I-Intersexuales.
Bueno, gais y lesbianas lo tenía listo desde hacía años: hombre al que le gusta otro hombre, o mujer a la que le gusta otra mujer, punto. Pero con bisexuales ya comienza a ensancocharse el asunto en la vida real y para la respuesta. ¿Y qué me dicen de Trans o de Intersexuales? ¡Recibo sugerencias! Fui educada en una familia tradicional colombiana, conservadora en sus valores pero también respetuosa de la individualidad, solo que explicarles esto a los hijos no es para nada fácil; por lo menos para mí. Terminé diciéndole a mi hijo que el significado era complejo, pero que en términos generales se refería a la sexualidad de las personas. Un amigo me dijo ¿es tan complicado? A lo que contesté: Entonces qué, ¿le digo que es el término internacional utilizado para referirse a las comunidades no heterosexuales?¡No freguez!, y mi amigo se rió.
Con mi hijo el asunto quedó ahí, afortunadamente, pero apareció mi curiosidad por saber qué nombres les dan hoy a todos los comportamientos sexuales. Empecé por Internet y encontré que LGBTI es solo una parte del glosario. Hizo su aparición “TTT”, entiéndase transexuales, transgéneros y travestis; estos son los Trans de la T de LGTBI. ¡Pero hay más letras! A veces se añade una P en referencia a la pansexualidad, A de asexuales, H de heterosexuales aliados y AN de la antrosexualidad. ¿Ah? A ver, construyamos: LGBTIPAHAN. ¿Cómo la ven? Pero el texto sigue: “Otros colectivos han realizado distintas combinaciones de las letras, anteponiendo una u otra, según a la comunidad que le quieran otorgar mayor visibilidad”. Este enredo de letras no es menor al enredo de cuerpos. ¿Cómo carajos le explica uno todo esto a un niño? Fue ahí donde hizo su aparición Archibaldo: Alrededor, alrededor… ¡Arriba, abajo, a través! Pero ni de riesgos.
Llamé a Barranquilla al sexólogo José Manuel González y me dijo que buscara la Escala de Kinsey, un sexólogo y zoólogo norteamericano (lo de zoólogo me parece perfectamente pertinente para entender esta jungla), quien buscaba demostrar que la población no podía dividirse solo en heterosexual u homosexual, sino en una clasificación basada en las experiencias de cada individuo, y no a través de un examen médico o sicológico. La escala va del 0 al 6 e incluye la X. El 0 sería para quienes son 100% heterosexuales y el 6 para los que son exclusivamente homosexuales; la X se reserva para los asexuales, aquellos que no tienen interés alguno en el sexo.
0: Exclusivamente heterosexual
1: Predominantemente heterosexual, con sólo incidencias de homosexualidad
2: Predominantemente heterosexual, con más que sólo incidencias de homosexualidad
3: Igualmente heterosexual y homosexual. Aquí van los bisexuales.
4: Predominantemente homosexual con más que sólo incidencias de heterosexualidad
5: Predominantemente homosexual, con solo incidencias de heterosexualidad
6: Exclusivamente homosexual
X: Asexuales
Con todo esto lo que queda claro es que la interpretación de la sexualidad es tan compleja como el hombre mismo. Ya en el leguaje juvenil se viene escuchando sobre los heteroflexibles, heterosexuales que serían 1 y 2 en la escala de Kinley; o, como dijo un amigo mío costeño: “Ajá, marica a ratos”.
La humanidad ha sido la misma en términos de sexualidad durante toda su existencia, más no en la presentación en público de la misma. Con tanta letra y tanto término, sigo pensando que la mejor explicación de todo esto (no para los niños), la canta Archibaldo: Alrededor, alrededor… ¡Arriba, abajo, a través!
O a usted, ¿qué se le ocurre?
¡Feliz resto de semana!
