En los últimos meses, Colombia se ha encontrado ante una serie de eventos que podrían tener un impacto significativo en su economía y sus relaciones internacionales.
La combinación del aumento o disminución de los precios del petróleo y la incertidumbre económica son escenarios que si bien pueden favorecer la economía colombiana, también podrían llevarla a una mayor inflación y desaceleración económica del país.
En el caso del petróleo existe la posibilidad de que el alivio en las sanciones a Venezuela por parte de Estados Unidos conduzca a un aumento de la producción de petróleo y gas en el vecino país, lo que podría conducir a un aumento de la oferta de petróleo y gas en el mercado mundial, ayudando así a reducir los precios de estos productos.
“Colombia es un exportador de petróleo, y el alivio de las sanciones podría ayudar a mejorar la relación de otros negocios entre Colombia y Venezuela, lo que puede llevar al país a nuevas oportunidades de cooperación económica entre las dos naciones. No obstante, Colombia es un exportador de petróleo y el aumento de precio actual provoca que su competitividad en las exportaciones se reduzca. En ese sentido, el país debe aprovechar los panoramas que se vislumbran en este momento para una aceleración del crecimiento económico” Señaló Mario Zamora, ex presidente de la Sociedad de Ingenieros del Petróleo y actual presidente de Mompos Oil Company.
En Colombia, la posibilidad de darse una reducción de precios podría contribuir a un aumento de la demanda de bienes y servicios colombianos por parte de Venezuela lo que podría ayudar a aumentar las exportaciones colombianas. Además, de una posible reducción de la inflación y una oportunidad para otros productos de exportación del país al haber mayor disponibilidad de recursos en el vecino país a mediano plazo.
No obstante, mientras estos alivios se materializan los precios del petróleo se mantienen elevados a medida que el conflicto en oriente se intensifica, en este sentido. Existe el riesgo de intensificar las presiones inflacionarias a nivel global. Esta situación pone en riesgo la estabilidad económica, generando inflación, incertidumbre en los mercados globales y un encarecimiento de las materias primas esenciales.
En este contexto, mientras se desarrollen los alivios para Venezuela y la duración y se incrementa intensidad de los conflictos de guerra, los bancos centrales tienen en sus manos reevaluar sus políticas monetarias, lo que llegaría a prolongar o disminuir el período de tasas de interés elevadas en las economías de Estados Unidos y Europa. En ese mismo escenario, el Banco de la República en Colombia también se vería en la necesidad de esperar y actuar con cautela con relación a sus políticas monetarias.
Sin embargo, es fundamental recordar que los efectos de estos eventos dependen de una serie de factores, incluyendo la duración y el escalonamiento de los conflictos globales, principalmente de Ucrania e Israel, la magnitud del alivio de las sanciones a Venezuela por acuerdos electorales que deben cumplirse y la evolución de la relación entre Colombia y Venezuela. Por lo que el país deberá estar preparado para adaptarse a estos cambios y aprovechar las oportunidades que se presenten en medio de los desafíos económicos y geopolíticos.