Hay un planeta definitivamente parecido a la Tierra. Lo identificó el telescopio Kepler de la Nasa en la constelación Cygnus el pasado diciembre. Gira en torno a un sol similar al nuestro, estrella henchida de hidrógeno y helio en combustión que facilita la vida. Fue bautizado 186f. Cuatro esferas compañeras orbitan con 186f alrededor de este buen sol cygnusiano. 186f tarda 22 días en dar la vuelta a su sol protector. Todo en esta comarca lejana del espacio es hecho a la tercera parte de nuestra dimensión. El día entero dura 10 horas. Todo indica la presencia de continentes y agua.
Habrá Europa vieja y civilizada. Asia multiforme. África exuberante. América del Norte pionera tecnológica. América Latina caótica. No necesariamente con iguales contornos geográficos y topográficos pero si tierras habitadas por personas tercera parte de nuestra estatura promedio, quienes duermen 2,5 horas diarias promedio. Mundo de chiquitines, queda el interrogante si su inteligencia es tres veces mayor o tres veces menor. Pensemos lo primero.
Allí está el equivalente cygnusiano de Colombia. Seth Lloyd, profesor de MIT, publicó un libro fundamental Programming the Universe [Random House, 2006] en el cual sostiene que el universo es un colosal computador cósmico que podría ser un ser superior. Aporta pruebas matemáticas cruciales de que hay límites al crecimiento exponencial del universo, lo cual confirma la hipótesis de un universo finito. En el cual hay, como sabemos, agujeros negros. Lloyd va para un Nobel limpio.
Estos hoyos misteriosos parecen ser los accesos a la infinitud y la eternidad vía materia cósmica colmada de densidad. Por estos corredores se abre la miríada de posibilidades que postulan desde trágicos griegos hasta científicos de ficción. Es decir, mundos repetidos infinitamente que sólo diferirían en una pisca de materia billones de veces más pequeña que un átomo.
Así, la Colombia en la constelación Cygnus es altamente probable. Encontrar, dentro del contexto universal, el planeta parecido a la Tierra puede ocurrir dentro de los agujeros negros. Pero planetas muy similares, con rasgos cuasiidénticos, pueden darse cerca de sistemas solares muy cercanos a las bocas de entrada a los agujeros porque perciben su energía gravitacional infinita. Cygnus parece estar cerca de estos hoyos y Colombia, con sus bellezas naturales, allá estará. Todo –recordemos- reducido a la tercera parte.
Estará, por ejemplo, el duplicado del señor Presidente de la República, solo que reducido, por lo cual su estatura será de 52 centímetros. Y estarán los ministros, recién nombrados incluidos. El querido senador Barreras en su estatura rebajada pronunciará sus discursos inspirados, d´annunzianos, tercera parte de decibeles más silenciosos.
Y hay una persona, encargada de importante cartera ministerial, que estará afectando a un contradictor de su gestión con ataques subrepticios a su reputación a través del envío de mandaderos suyos a directores de varios medios independientes para sojuzgarlos y amenazarlos. Mujeres y hombres curtidos que se han sentido manoseados con injerencia abusiva que viola tanto normas éticas como legalidad doméstica y global.
Porque los chiquitines del planeta 186f aprobaron, como ocurrió en Colombia, un Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que exige el respeto y observancia de derechos inalienables. Este tratado, en su artículo 2, dice que cada uno de los Estados parte se compromete a respetar y garantizar a todos los individuos que se encuentren en su territorio los derechos reconocidos en el Pacto.
Pero el artículo 3 [a] va más lejos al decir que toda persona cuyos derechos o libertades reconocidos en el instrumento hayan sido violados, podrá interponer un recurso efectivo cuando la violación haya sido cometida por personas que actúan en ejercicio de sus funciones oficiales. Como la hace la persona que resolvió incrustarse ad infinitum en el Ministerio y su jefe de prensa pusilánime que medra en redes sociales propagando atentados a la honra. Es decir delitos.
El artículo 17 [1] va más lejos por cuanto determina que nadie será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia. El parásito deleznable que mora en el Ministerio –lo sabe el contradictor y tiene las pruebas- ha hecho esfuerzos por violar la privacidad del limpio crítico.
Este dichoso artículo va más lejos aún pues prohíbe los ataques ilegales a la honra y la reputación, exactamente lo que el jefe de prensa y asesores mandaderos del titular han venido haciendo.
El artículo 18 establece que toda persona tiene derecho a pensar libremente y el siguiente 19 que nadie podrá ser molestado por sus opiniones.
Por si fuera poco, uno de los continentes de la pequeña geografía de 186f aprobó una convención que parece haber llegado envuelta en un rayo diacrónico que eliminó el tiempo de viaje astronómico en su totalidad. Increíble pero cierto. Porque es la reproducción de la Convención Americana de Derechos Humanos, que es en Colombia la ley 70 de 1972 [administración pro derechos humanos de Pastrana Borrero y su canciller Vásquez Carrizosa] sin que sepamos su numeración en los diarios oficiales de la galaxia lejana.
Lo cierto, cierto y muy cierto es que esta Convención defiende a capa y espada la libertad de expresión y son ya decenas las decisiones y sentencias que así lo ratifican: llevándose por delante magistrados, jueces y ministros locales. Y jefes de prensa intimidatorios que se llevan por delante el derecho internacional.
Otro continente de 186f, réplica de la Europa culta, tiene una corte de derechos humanos que consigna en una sentencia citada por la comisión correspondiente de la sociedad de naciones de Cygnus una y otra vez. Dice así:
“El ataque a la reputación se nivela a la censura, fenómeno ilegal internacional que pretende desestimular la crítica y evitarla en el futuro. En el contexto socio-político esta acción afecta a quien ejerce el periodismo y lo constriñe a contribuir en el debate público de temas que impactan la vida en comunidad. De la misma manera, ataques a la reputación deben originar responsabilidad concreta en quienes los originan”
Corte Europea (Cygniana) de Derechos Humanos [1986]
Y hay otra, citada en decisión de la Comisión de DDHH, que censura al funcionario de un país:
“El requerimiento de probar la verdad de un juicio de valor es imposible de llenar e infringe gravemente en si propia la libertad de opinión, que es parte fundamental del derecho universal a la libertad de expresión”.
Comisión de DDUU ONU (Cygniana)
El planeta 186f batalla pero termina defendiendo
el derecho a la libre expresión.
Sobre todo cuando ha sido afectado por un ministro aparecido.
El planeta 186f batalla pero termina defendiendo el derecho a la libre expresión. Sobre todo cuando ha sido afectado por un ministro aparecido. A quien no se le conoce una sola producción académica o intelectual. Quien simula un cursillo de tres meses por posgrado. Quien muestra un pobre certificado en una lengua ni siquiera aprendida como acreditación para ejercer el cargo. Quien carece de maestrías, doctorados o vida académica. Alguien cuyo pasado estéril es una colección de empleos que succionan presupuestos públicos. Pretérito sórdido de intrigas inmundas, lagartería baja y enfrentamientos mezquinos con pares y subordinados. Vividora o vividor puro que vive y vive y vuelve a vivir a expensas de contribuyentes. E insiste en seguir viviendo así a contracorriente de la opinión.
Quien, además, ha tenido vínculos de parentesco con sujetos tenebrosos vinculados al narcotráfico y oscuros habitantes habituales de cárceles. Quien, por si fuera poco, es el apoyo cariñoso de dictadores criminales, torturadores diabólicos y violadores carnales en un país vecino a 186f.
¡Dios dictamine en su sabiduría que los agujeros negros no hayan hecho una sola copia cósmica de semejante manifestación nauseabunda de engendro psiquiátrico y moral! Vergüenza cósmica para esta nación ecuatorial de 186f. Alguien que no ha servido bien al país ecuatorial del pequeño planeta. Porque sería tara deplorable para la integridad armónica del universo.
Y que quede claro en piedra: el contradictor afectado hará valer sus derechos en instancias internacionales por encima de esta persona perseguidora, violadora de derechos políticos y civiles. Del derecho a la libre expresión y a la privacidad.
El poder a firma colega externa fue ya extendido, que quede muy claro. Para que ni en 186f ni en la Tierra se pisoteen derechos esenciales. ¡Antes la muerte!