En menos de un mes en 2016, un avión de carga de Aerosucre y el vuelo de Lamia que traía al Chapecoense, se estrellaron en el país. Todas las miradas se dirigieron a Alfredo Bocanegra, director de Aerocivil. Desde su mismo nombramiento, en junio del 2016, se había despertado una nube de críticas contra él. Cercano al gobernador del Tolima Oscar Barreto y nombrado en Aerocivil por la influencia de Germán Vargas Lleras, el sindicato aeronáutico le reprochaba su falta de experiencia dentro de la aviación: en sus 53 años este abogado ibaguereño había sido concejal de su ciudad, secretario de Gobierno del Tolima, gerente de la empresa de Acueducto y Alcantarillado de su municipio, Representante a la Cámara por el partido conservador en el periodo 2010-2014 y vicepresidente jurídico de la Agencia Nacional de Infraestuctura ANI. Dos meses después de ocupar su nuevo cargo, los temores parecían hacerse realidad.
El 16 de octubre Alfredo Bocanegra fue acusado por Ricardo Bustos, de la red nacional de veedurías, de usar un avión de Aerocivil para llevar a él y a su familia a un partido de eliminatorias al mundial Rusia 2018. Con esto cometería los delitos de peculado, tráfico de influencias y abuso de autoridad. Bocanegra lo negó todo pero los resquemores aumentaban.
Después de los accidentes de Aerosucre y Lamia, Bocanegra tomó una decisión certera: el 27 de febrero del 2017 nombró como su secretario de seguridad al general (r) Juan Carlos Ramírez. Piloto militar, administrador aeronáutico con estudios en Alta dirección empresarial y Maestría en Seguridad y Defensa Nacional, fue, desde el 2013, presidente de Satena, puesto de donde salió para Aerocivil.
Una de las primeras advertencias de Ramírez era que no iba a aceptar que se hicieran nombramientos políticos y no técnicos. Dos días después de su nombramiento vendría su primer roce con Bocanegra: le llegó la hoja de vida de Carlos Iván Flórez Lizcano, un ingeniero aeronáutico cuya única experiencia había sido la de estar ocho años a la sombra de dos senadores conservadores de Norte de Santander, Jorge Garcia-Herreros, de quien fue asesor y de Juan Manuel Corzo. Sin un solo año en el sector aeronáutico y ya querían poner a Florez Lizcano como director de seguridad operacional. Al final lo terminaron nombrando, contra la voluntad de Ramírez, asesor de estándares de vuelo. A partir de ese momento Ramírez se ganaría la inquina de su jefe.
Flórez Lizcano sería uno de las 12 cuotas políticas que Bocanegra puso en posiciones claves en la Aeronáutica civil según una investigación publicada por El Tiempo. El exalcalde conservador de Flandes Tolima, el médico Telésforo Bernal fue contratado el 20 de febrero para formar funcionarios en nuevas tecnologías sin tener un solo día de experiencia. En ese cargo Bernal ganaría 38 millones de pesos mensuales. La exalcaldesa de Pasto, Elizabeth Gómez, se ganaría 7 millones de pesos como asesora automática. Experiencia nivel cero. Lo mismo podía decir el abogado Camilo Albeiro Pardo Muñoz, exalcalde de Chipaque (Cundinamarca), o el alcalde de Piedecuesta Jorge Armando Navas Granados quien fue nombrado director de Seguridad y Supervisión aeronática a pesar de estar suspendido por la Procuraduría. El nuevo coordinador de la Aerocivil es el hermano del representante conservador Alfredo Cuello Baute. Los nombramientos terminaron asqueando a Ramírez.
La tormenta arreciaría el pasado viernes 1 de septiembre. Ese día le llegó una información de parte del Vaticano en donde se le solicitaba que permitiera que viajaran con el papa dos hombres armados. Bocanegra le mandó una razón: tenía que firmar sí o sí la autorización. El general prefirió esperar. Al otro día, el sábado 2 de septiembre había un comité para tratar el tema de la visita del papa. Un funcionario cercano al director de Aerocivil le insistió a Ramírez con que firmara la autorización. Al volverse a negar el funcionario salió de la sala. 10 minutos después Alfredo Bocanegra irrumpió en el lugar.
A punta de insultos y gritos Bocanegra buscaba doblegar al militar que permanecía inmutable. Le ordenó, de mala manera, a sus escoltas que recogieran todos los celulares de la sala. Ante la negativa de Ramírez le pidió su renuncia inmediata. Ramírez salió de la sala y lo siguió Bocanegra quien no paraba de insultarlo. Ramírez reunió a sus asesores y, en medio de las lágrimas, se despidió de un cargo en donde los estándares de seguridad aumentaron en un 60%.
Dos días después Bocanegra le pidió a Juan Carlos Ramírez que regresara a su cargo pero éste se sostuvo y decidió contarlo todo a los medios de comunicación. A su lugar llegó Edgar Luciano Cadena quien tuvo el aval del sindicato de la Aerocivil y cuyas virtudes para ser secretario de seguridad de Aerocivil se desconocen. Mientras tanto Alfredo Bocanegra, bajo las alas de Óscar Barreto y Germán Vargas Lleras, espera llegar a la gobernación del Tolima en las elecciones del 2019.