En el aeropuerto aletrno de Washintong aterrizó en las ultimas horas el avión que llevó a Estados Unidos al colombiano Alex Saab, acusado por el país norteamericano de lavado de activos y de testaferro del presidente de Venezuela Nicolás Maduro, quien puso toda su artillería para defenderlo y evitar al máximo su extradición desde Cabo Verde, donde permanecía desde su captura con orden de Interpol.
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El empresario fue detenido el 12 de junio de 2020 cuando su avión hizo escala para repostar en el Aeropuerto Internacional Amilcar Cabral, de la isla de Sal, respondiendo así a una petición de Washington cursada a través de Interpol, pero la defensa alega que esa alerta se emitió después del arresto.
Tras su detención, Venezuela aseguró que Saab es un ciudadano venezolano y un "agente" del gobierno, que se hallaba "en tránsito" en Cabo Verde, por lo que sus abogados sostienen que "tenía derecho a la inviolabilidad personal como enviado especial de Venezuela".
El nombre del empresario, de 49 años, apareció en los medios cuando la exfiscal venezolana Luisa Ortega Díaz lo acusó en 2017 de ser uno de los testaferros del presidente venezolano.
Saab, nacido en la ciudad colombiana de Barranquilla y de origen libanés, está relacionado con varias empresas, entre ellas Group Grand Limited (GGL), acusada de suministrar alimentos y víveres con sobreprecios a la administración de Nicolás Maduro.
El empresario y tres hijastros de Maduro se lucraron de estas operaciones con "cientos de millones de dólares", según las autoridades estadounidenses