La Contraloría alertó para que se dé inicio a acciones inmediatas, con enfoque diferencial, que atiendan las necesidades en salud, educación y ayuda humanitaria que requiere el pueblo nukak en el departamento de Guaviare. Esta comunidad indígena, el último pueblo nómada de Colombia, fue desplazada en los años 2.000 de una gran reserva de más de 950.000 hectáreas por las extintas Farc, y desde entonces no han podido regresar a este territorio.
En un recorrido de dos días por los asentamientos de Caño Macú, Guanapalo, Filo de Hambre, Capricho y Aguabonita, al oriente del departamento del Guaviare, el organismo de control detectó alarmantes deficiencias que ponen en riesgo la salud y preservación de la cultura nukak.
“En nuestro territorio lo tenemos todo, ahí lo tenemos, nuestro alimentos, nuestra subsistencia”, dijo el representante del pueblo indígena nukak, Manuel García.
La entidad reveló que evidenció que ningún centro de salud en inmediaciones de las comunidades nukak se encuentra abierto y, por el contrario, están en total abandono, por lo que la Contraloría hizo un llamado a las entidades competentes para superar las barreras institucionales y financieras, de tal manera que se garantice el derecho a la salud de niños, niñas, adolescentes, adultos y adultos mayores.
“El pueblo nukak de estado nómada pasó a un estado de abandono o al menos es lo que pudimos evidenciar en nuestra visita de campo en los asentamientos”, comentó el contralor delegado para la población focalizada, Hitler Rouseau Chaverra.
Asimismo, la Contraloría constató que, a la fecha, esta población indígena no cuenta con afiliación al sistema de seguridad social y tampoco hay promotores de salud, brigadas o transporte al servicio de pacientes de la comunidad.
Por último, el organismo de control le pidió a la Alcaldía de San José de Guaviare, la Gobernación del Guaviare y organismos estatales presentes en esta región garantizar a los niños nukaks su derecho a la educación, en medio de espacios dignos y con los recursos adecuados.