Sí, tal como el título de las series sobre aeropuertos que ha hecho una cadena internacional de televisión por suscripción, en las que se muestran las mil y una historias en torno a la lucha contra la ilegalidad que enfrentan los funcionarios de importantes aeropuertos alrededor del mundo, con sus logros, obstáculos y, sobre todo, con las precariedades que tienen que sufrir. Pues bien, así mismo vamos a tener que inaugurar una serie de notas, columnas o crónicas sobre el preocupante devenir del Hospital Francisco de Paula Santander, que atiende a Santander de Quilichao y los municipios circunvecinos.
Muchos colombianos fuimos testigos indignados (sin contar con que los quilichagüeños estabámos aterrorizados) de las deplorables condiciones con las que el personal de salud (médicos, enfermeras, auxiliares, mantenimiento, etcétera) del Hospital Francisco de Paula Santander empezaban a atender la crisis sanitaria causada por la pandemia del COVID-19, con todo y que, para la época de esa denuncia, no se habían reportado casos en esta localidad caucana (ver: En Hospital en Cauca, enfermeros utilizan bolsas de basura para protegerse del coronavirus ). Rápidamente, tanto el recién inaugurado gerente del hospital, como la actual mandataria del municipio y exsecretaria de salud departamental del Cauca salieron a desmentir en primera instancia las denuncias del personal de salud y luego a concertar algún tipo de normalización del servicio de esa entidad hospitalaria.
Al igual que la gran mayoría de trabajadores de la salud de Colombia, quienes trabajan en el Hospital Francisco de Paula Santander han tenido que asumir las precariedades, pero, sobre todo, la poca o nula intervención del gobierno nacional respecto a mejorar tanto sus condiciones laborales como las logísticas, administrativas y de infraestructura, venidas a menos desde hace años, presumiblemente, por causa de la manipulación clientelar de la planta de personal adscrita a este hospital y a manejos sospechosos de una entidad otrora certificada por sus buenas prácticas y manejo por parte de los barones electorales caucanos de siempre.
Como el coronavirus no entiende de investigaciones exhaustivas ni mucho menos de las promesas demagógicas de un mañana mejor, el número de infectados y de fallecidos por causa del COVID-19 en Santander de Quilichao ha tenido un preocupante incremento en los últimos días, en medio de las mismas precariedades de infraestructura médica que tiene este municipio, no obstante los muy eufóricos anuncios de reinicio de la construcción (casi que eterna) del anhelado nuevo hospital regional, muchas veces prometido, muchas veces proyectado, muchas veces diseñado y muchas veces anunciado, realizadas por el representante Carlos Bonilla y la actual alcaldesa municipal Lucy Guzmán, ambos del partido liberal oficialista.
En medio del jolgorio del anuncio del reinicio del inicio de la construcción del nuevo hospital, en horas recientes, los habitantes de Quilichao nuevamente nos quedamos, como mínimo, estupefactos, al conocer de una nueva denuncia de manejos sospechosos de la nómina del Hospital Francisco de Paula Santander, consistente, según la agremiación de profesionales de la salud de ese hospital, en la intención de cambio masivo del personal médico de ese hospital en un supuesto desconocimiento de los acuerdos pactados este mismo año, todo en medio del incremento de contagiados en este municipio (ver: En medio del pico de la pandemia, despiden 20 médicos en Hospital del Cauca).
Casi que de inmediato la actual gerencia del hospital salió a desmentir la acusación, dejando a la comunidad quilichagüeña en un aterrador suspenso por cuenta del incierto futuro de la atención médica de este importante centro de atención médica, mucho más si se tiene en cuenta que municipios vecinos, más pequeños, recientemente se han inaugurado centros de atención para esta crisis sanitaria, mientras que el gran hospital regional apenas si se ha quedado en los publicitados anuncios de inicio de obra, dejando en el aire el camino de la solución de viejos problemas de la salud en Quilichao (ver: ¿Y el hospital de Santander de Quilichao qué?).
Sí, a este paso nos va tocar inaugurar una serie televisiva llamada Alerta Hospital Francisco de Paula Santander, en la que se incluyan los muertos.