“Mi rey, no contestes que es un periodista de Noticias Uno”. Mi rey es el exprocurador y precandidato presidencial Alejandro Ordóñez. Y quien advierte la amenaza del noticiero es su esposa Beatriz Hernández, quien con la fiereza de un guardaespaldas protege a su esposo y ha ayudado a proyectarlo desde que se conocieron en 1981 cuando el santandereano era un joven seminarista.
El periodista de Noticias Uno quería entrevistar al entonces exprocurador, abierto a homenajes en todo el país, quien se preparaba para recibir el de la Asamblea de Antioquia el pasado 26 de marzo de este año. Los diputados paisas lo iban a honrar con el título adoptivo de hijo de Antioquia cuando se vieron forzados a desistir por la presión de las redes que los obligó a ajustarse al reglamento y confirmar que Ordóñez no cumplía con los requisitos. Se aguó la celebración que terminó en un pequeño almuerzo privado en el Mondongos del barrio Laureles donde el diputado conservador Carlos José Ríos le colocó el collar de arepas, la típica condecoración paisa.
Homenaje que le hicieron a Alejandro Ordóñez en Antioquia. Su escudera, Beatriz Hernández siempre a su lado.
Ordóñez salía de una entrevista en Teleantioquia cuando lo abordó el periodista con la cámara. Su esposa, Beatriz, quien nunca lo pierde de vista y lo acompaña a la mayoría de compromisos avizoró a la distancia el logo del Noticias Uno. Beatriz Hernández reaccionó con prontitud como si se tratara de una peligrosa amenaza. Ordóñez iba a contestar con cierta ingenuidad cuando escuchó la voz imperativa de su esposa: “Mira quién es”— le recordó.
Se le vinieron imágenes que habían aparecido en el noticiero que dirige Cecilia Orozco y del cual Daniel Coronell es socio, que aún la mortificaban. Prácticamente, arrastró a su esposo de vuelta al edificio donde lo esperaban los medios que habían pasado el filtro por considerar amigos.
Esta barranquillera, hija de Magangueños pero criada en Bucaramanga, es la dueña y señora de la agenda de Alejandro Ordóñez. Se conocieron en 1981, él tenía 28 años y se formaba para cura en Francia donde era seminarista. Ella estudiaba Derecho en la Universidad Santo Tomás. Se conocieron en la boda de su mejor amigo Juan Carlos López, cuñado de Beatriz. Una semana después Alejandro rompió su timidez y le envió un ramo de flores. Empezaron a salir. Él rompió la fobia que siempre le han producido las películas y descubrió que la oscuridad de las salas del cine era el lugar ideal para tomarse las manos. Ella tenía novio y él estaba casado con Dios.
Una carta llegada desde Francia selló el camino que recorrerían juntos. El amor lo llevó a cambiar su rumbo y se preparaba a regresar a Colombia a formalizar la relación. Se matriculó en Filosofía del Derecho en la Universidad Santo Tomás de Bucaramanga. Fue su alumna mientras estaban comprometidos. Sus compañeras no lo podían creer, ¿qué hacía esa muchacha que disfrutaba tanto del baile con un hombre tan serio que prefería pasar una noche de sábado leyendo a Platón?
Se casaron hace 30 años, y nacieron Ángela María, María Alejandra y Natalia. El matrimonio de María Alejandra en el Country Club, cuando el Procurador estaba en la cima del poder, en el que combinó el fervor católico y la ambición terrenal, fue una especie de presentación en sociedad en el que quedó explícita su la influencia que había logrado en la capital. Reunió a 500 invitados entre políticos, funcionarios, magistrados, empresarios y el regalo fue lluvia de sobres. La directora de orquesta tras bambalinas fue Beatriz Hernández.
El matrimonio de 500 personas en el Country Club fue una especie de presentación en sociedad de los esposos Ordóñez en la capital
Es ella la que sufre cada vez que sale un titular o un trino contra su esposo. Es ella la que decide con qué medio de comunicación puede hablar y con quién no. Es Beatriz la encargada de pedir las respectivas rectificaciones cada vez que alguien se excede, como la vez que afirmaron que él era un padre déspota que le impedía a sus hijas tener vida social. Dice que puede recibir en su casa a cualquier periodista menos a Daniel Coronell al que considera el mismísimo satanás. No es para menos. El columnista de Semana afirmó en el 2010 que su sobrina, Ana Carolina Lineros Hernández, fue nombrada en la Unidad de Trabajo Legislativo del Senador Javier Cáceres con el sueldo más alto del escalafón de asistentes de la Cámara Alta por influencia del entonces Procurador y que su hermana, Ibeth Cecilia Hernández Sampayo, había salido beneficiada por la influencia de Ordóñez mientras fue directora seccional de Fiscalías en Cartagena. Señalamientos que aún la pesan.
Beatriz maneja con mano dura su casa. Ella fue la encargada de escoger los cuadros religiosos de la escuela del Cuzco que adornan su casa, las orquídeas y rosas que inundan sus floreros y hasta el busto de Safo de Lesbos, la primera poetiza lesbiana, que extrañamente está en la sala. Es ella la que vigila que Alejandro Ordóñez no abuse del bocadillo veleño, prohibido desde que en el 2009 le diagnosticaron diabetes. Pero sobre todo, Beatriz es quien mantiene activo un grupo de WhatsApp y una cuenta de Twitter a la que bautizó Todos con Ordoñez, a través de la que bombardea mensajes para que crezca “su rey”, se multipliquen las firmas que empezará a recoger desde este 22 de junio, fecha en que lanzó la candidatura Presidencial con el Pastor David Name como fórmula vicepresidencial. La cual ha sembrado en Beatriz la posibilidad de concretar su sueño: mandar desde palacio como primera dama de Colombia.
