Algunos de los grandes medios de comunicación se han lanzado en una nueva cruzada de seducción y engaño al pueblo colombiano; no es extraño, puesto que por ello tienen una gran responsabilidad en la enorme crisis económica, social y política en que se debate nuestro país, por su actitud dócil y doblegada ante las políticas neoliberales del gobierno de turno, para poder sostener las gabelas de las que gozan los grupos económicos a los cuales pertenecen. En ellos también hay periodistas que luchan por ser objetivos e independientes, pero son una enorme excepción. Viendo cómo ya el país está metido en la campaña electoral, desde hace rato, cuando van tomando forma diferentes coaliciones políticas con sus diversas características, empieza la labor de filigrana para introducir quintas columnas, de los mismos con las mismas, en la conformación de tales coaliciones.
Esos conglomerados de la comunicación, enemigos del cambio planteado en las coaliciones alternativas, están adobando al rector de la Universidad de los Andes, Alejandro Gaviria, como candidato a la Presidencia de Colombia y lo quieren incrustar en una de las organizaciones políticas que con más futuro se ha venido consolidando: la Coalición de la Esperanza. El primer paso es dar a entender que le están rogando para que lance la candidatura y después de la insistencia, él responderá que lo hará por amor a la patria, por el cual se sacrificará. Para cimentarlo entre la opinión pública, lo “venden” como un demócrata ateo, enemigo de la utilización del glifosato, defensor del aborto, la eutanasia, de la marihuana y sus medicamentos. Estos temas lo hacen ver como “el distinto”, como una renovación; pero siendo unos aspectos importantes para la sociedad, esconden –ahí está el engaño– la esencia de Alejandro Gaviria, un neoliberal confeso, cuadro al servicio del modelo económico neoliberal que en los últimos 30 años llevó a Colombia a la peor crisis. Alejandro Gaviria es el “ahijado político” de uno de los representantes del capital financiero y de las multinacionales norteamericanas como es César Gaviria, de quien es en realidad su candidato.
Alejandro Gaviria es de los arquitectos del modelo económico neoliberal desde el Banco Interamericano de Desarrollo, la Universidad de los Andes, el Departamento Nacional de Planeación y el Ministerio de Salud –también lo es su esposa, desde el Banco de la República–; es de la quintaesencia del modelo neoliberal, pero como en el gatopardismo lo quieren "cambiar todo para que nada cambie". Esa capacidad de engaño también avanza con líderes de opinión. El modelo neoliberal lleva implícito altas cuotas de corrupción y Alejandro Gaviria no escapa a ella. No le respondió al país sobre sus vínculos con las EPS, ni de la turbia venta de CafeSalud-Saludcoop a Medimás, en donde se perdieron $5 billones, además de 5,6 millones de clientes por los cuales recibía del Estado $4 billones anuales, lo que llevó en junio de 2018 a la Contraloría y la Procuraduría a pedir a la Supersalud intervenir a Medimás, por la mala atención a esos usuarios y un cruel trato a sus trabajadores, entre otros aspectos.
Alejandro Gaviria reformó la Ley 100 de 1993, de manera cosmética, para garantizar que quedaran llenas las arcas de las EPS, responsables de la muerte de millones de colombianos. ¡Alejandro Gaviria es otro de los mismos con las mismas!