En un hecho sin precedentes, la administración del alcalde John Jairo Gómez Aguirre, a última hora decidió boicotear la presentación de la novela El antifaz del escribano, del jurista y catedrático caleño Jairo Ramos.
La censura empezó mucho antes del día programado para el evento literario, pues aunque la propia Alcaldía Municipal había realizado piezas gráficas invitando a la presentación en la Casa de la Cultura del corazón del Valle, un par de días antes le informaron al autor que el sitio no estaba disponible.
"Porque al director de la Casa de la Cultura, Jhon Fredy López, se le había olvidado que para ese día tenía otra actividad, por tanto partamos de la buena fe", expresó Ramos, sobre el cambio de locación para la presentación de su novela en Tuluá.
Llama la atención este acto vulgar de censura literaria, sobre todo tratándose de una obra sobre el polémico autor de Cóndores no entierran todos los días, Gustavo Álvarez Gardeazábal, quien se hizo célebre por su prosa mordaz y escandalosa.
Uriel, quien a esa hora estaba de turno como vigilante en la Biblioteca Pública Municipal, Daniel Potes Lozano, indicó, "recibí una orden del coordinador que no podía dejar entrar a nadie a la biblioteca después de las 6 de la tarde. No sé decirle nada más, porque solo recibí esa orden".
El antifaz del escribano, que según el autor promete ser "un banquete frugal para lenguas viperinas de San Bartolomé de Tuluá", es presentada como una biografía no autorizada del insigne escritor tulueño, "elaborada con la misma dosis de sarcasmo e ironía, que el personaje siempre ha utilizado en sus obras literarias".