César Rojas, el hombre que pasó de ser un sirviente de Ramiro Suárez a alcalde de la capital de Norte de Santander, pensó dejar a un lado ese machismo latente en la mayoría de cucuteños y se metió de lleno en lo que para él es la modernidad: no golpear ni con el pétalo de una rosa a una mujer. Quería volver política pública esa premisa, pero algo falló en el inconsciente de la institución y acaban de sacar un comunicado titulado Alcaldía de Cúcuta en Pro de la violencia de género.
Evidentemente se trata de un error que evidencia la dejadez de los dirigentes cucuteños. ¿Nadie revisa? ¿Todo se hace a la tapa tolondra? Por ahora no resolveremos estos interrogantes sino que disfrutaremos burlándonos de la última chambonada de Cesar Rojas