No es un secreto para el país, que hoy Cali es una ciudad vanguardista, no en planeación urbana como todos querríamos, pero sí en el desarrollo político y popular de su ciudadanía.
Hoy somos una sociedad civil más política, más crítica y sobre todo más participativa. Queremos ser escuchados, y sino buscaremos la forma de que se nos escuche, como ya lo hicimos aquel 28 de abril del 2021.
También es cierto, que pasar de una ciudadanía combativa a una ciudadanía política, se logró gracias a dos realidades: primera, entender el diálogo como la opción más apropiada para lograr acuerdos; segundo, ver en la política electoral el espacio para, no simplemente participar en esas relaciones de poder, sino, ser poder.
Fue a eso a lo que le apostamos, con pedagogía y trabajo en las calles, llegar al Gobierno Nacional por el Pacto Histórico, y lo logramos.
Hoy, a un año exacto de las elecciones locales, las elecciones más importantes a lo que a mí respecta - pues nos la jugamos por un proyecto de ciudad, la materialización de la soberanía política en el territorio, ese pedacito de tierra que habitamos y forjamos día tras día -; alertamos - sí, ya son varias las voces - que este terruño se subasta al mejor postor, a escondidas de los intereses de la militancia partidista que conforma la coalición del Pacto Histórico y los colectivos sociales y populares a su alrededor.
El rumor es que el Pacto Histórico en vez de cerrar sus filas para que esos liderazgos, sobre todo el de nosotras y nosotros, mujeres y hombres jóvenes, lleguen al poder y eleven las banderas de las causas que representan las mayorías populares, cada vez se ensancha más, porque sin el mayor asomo de vergüenza, hoy todos los políticos y partidos tradicionales del Valle del Cauca y el Distrito de Cali (a excepción de las obviedades), resultaron ser los más izquierdosos, los más petristas y hasta los más allegados a las ideas del M-19.
Solo pedimos una cosa ¡descentralización ya! Descentralización para la toma de decisiones, descentralización para elegir nuestras mejores opciones a alcaldía, gobernación, concejo, asamblea y JAL, descentralización porque nosotras y nosotros sí sabemos que es lo que más le conviene a la ciudad, descentralización porque tenemos claro quienes representan el anhelo de una Cali que avanza hacia el desarrollo social, político y económico para el bienestar de la caleñidad.
De Bogotá solo queremos una cosa: acompañamiento para brindar garantías de participación y transparencia en la conformación de la o las listas; nos más intromisión politiquera en las decisiones locales.
|Le puede interesar: Cauca, a quitarse la máscara del narcotráfico