A propósito del intercambio de trinos entre el industrial Mario Hernández y la alcaldesa de Bogotá sobre el mal estado de la malla vial de la ciudad, la administración distrital —que se desvela por repartir el presupuesto a manera de auxilios para las familias necesitadas— debería preocuparse por generar empleo en lugar de fomentar la mendicidad.
¿Qué tal si contrata un buen número de personas desempleadas para recuperar la malla vial? Estaría matando dos pájaros de un tiro. Por una parte, le soluciona la situación económica a muchas familias mediante la generación de empleo. Por la otra, arregla las tan deterioradas calles.
Con ello no solo se favorecen los lujosos carros de los ricos que tanto odia, sino los vehículos de transporte público, como buses y taxis, los que transportan alimentos, las ambulancias tan necesarias en esta pandemia, los motociclistas tan expuestos a accidentes fatales y hasta las caravanas de camionetas blindadas de los funcionarios públicos, incluida la de la propia alcaldesa. La ciudad no se moviliza exclusivamente en TransMilenio y en autos de lujo.