Alcaldesa Claudia, ¿nos engañó con el Transmilenio por la séptima?

Alcaldesa Claudia, ¿nos engañó con el Transmilenio por la séptima?

"Invertir $17 billones en Transmilenio no puede ser una medida de desarrollo durante una oportunidad de cambiar para siempre con una líder que prometía cambio seguro"

Por: Carlos A. Buendia R.
mayo 24, 2020
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Alcaldesa Claudia, ¿nos engañó con el Transmilenio por la séptima?

No hay derecho. No es posible que la política funcione así. No puede ser que hoy amanezca Transmilenio de tendencia por la posibilidad aun viva en la palabra y pensamiento del actual director del IDU que tiene el distrito de poner este inhumano y cavernicola medio de transporte por la avenida más importante del país. No me lo creo. De verdad que Claudia Lopez no puede ser así de frágil en su palabra.

Y es que invertir $17 billones en Transmilenio no puede ser una medida de desarrollo durante una oportunidad de cambiar para siempre con una líder que prometía cambio seguro. Porque - y en esto quiero ser enfático e irreductible- hay miles, decenas de miles, que votamos a favor de Claudia por su desprecio y energético rechazo a someter a una de las pocas y más importantes arterias de Bogotá a semejante aberración contaminante, inseguro e ineficiente que es Transmilenio. No sé si la alcaldesa tiene estudios en artes escénicas o que, pero la verdad es que a mi me logró convencer de que a ella le producía el mismo asco que me produce a mi siquiera pensar la posibilidad de trascender el legado más mediocre de Enrique Peñalosa, en la carrera séptima de Bogotá: la avenida más importante de Colombia y la más bonita de Bogotá. ¿Era todo mentiras Claudia?

¡Sobretodo ahora! En medio de una pandemia que llegó a hacernos cambiar la manera de pensar. Que tuvo que llegar a fortalecer las dinámicas del autocuidado y el cuidado del entorno. A enseñarnos a integrarnos con conciencia, con voluntad, con tranquilidad, con respeto y sobretodo, desde la berraca solidaridad. Transmilenio es lo opuesto a seguridad, a solidaridad, a tranquilidad, a respeto, a salubridad y además es lo más ineficiente y lo más contaminante que existe.

Que dolor de patria. Que dolor de gente la que nos gobierna. Definitivamente la plata es nuestro único Dios. Esa lección catolica de encontrar a Dios en lo que nos rodea, sobretodo en las personas, es pura paja. A nosotros nos jala lo que nos haga ricos, nuestro Dios está en nuestro bolsillo y a ese se alimenta como sea, sin importar a cuantos tengamos que engañar. Y si la alcaldía invierte los 17 billones de pesos que tiene pensado meterle a Transmilenio, habrán ganado las mentiras y los bolsillos de unos pocos, pero nunca el desarrollo de un pueblo como Bogotá. Nada ha cambiado. Nada aprendimos.

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