Decirles a los funcionarios públicos la verdad de los resultados obvios de su gestión, no es hacerles oposición sino todo lo contrario, ayudarles a mejorar su gestión. Esto es necesario porque generalmente quienes llegan a altas posiciones cometen el error de rodearse de personas que no se atreven a trasmitirles realidades que son obvias para el resto de la ciudadanía. Por los resultados que se están viviendo y sufriendo en Bogotá parece que ese es el caso de la alcaldesa Claudia López.
Lo primero que parece no recibir la atención que se merece es el incremento inmenso en la pobreza que hoy tiene Bogotá. De las seis reconocidas en el país, Bogotá, es la que registra el mayor incremento de la población por debajo de la línea de pobreza: entre 2019 y 2020, este porcentaje pasó del 27,2 % el más bajo entre ellas al 40,1 %, el mayor aumento superando al observado por ejemplo en la Región Caribe, y en todas las demás. Obviamente esto demuestra una mala estrategia durante la pandemia que obviamente también dependió del gobierno nacional, pero sin duda también es responsabilidad de la gestión de Bogotá.
A este panorama desolador que se suma al que todos seguimos día a día sobre el inmenso impacto del covid-19, la insuficiencia de atención hospitalaria, el sobrecupo de los servicios de urgencia y todo el drama en la salud que se vive actualmente en la ciudad, se suma lo último, la inseguridad. Que unos ladrones se adueñen de un edificio y roben 40 oficinas durante toda una noche y puedan sin apuro saquear los almacenes en plena Santa Bárbara, un barrio que se creía seguro, produce pánico. Esto sumado a los atracos siendo uno de los últimos absolutamente escalofriante, son hechos que están haciendo esta ciudad invivible. Ya da pavor salir a la calle no solo por el gran peligro de contagio del virus sino también porque los atracos se volvieron, parecer ser, el panorama aceptado por la Alcaldía y en general por las autoridades.
Todos reconocemos que manejar a Bogotá es una tarea desproporcionada especialmente ahora con la inmensa crisis que es la suma de todos los males, pero esa es la responsabilidad que tiene que asumir quinen se hizo elegir alcalde de esta ciudad. La verdad es que al doro de la muerte de tantos ciudadanos; a los mensajes de que no hay forma de cremar tantos muertos día a día, se suma la imposibilidad de garantizar el mínimo de seguridad que se requiere para que esta ciudad funcione. No hay disculpa posible porque el poder que se maneja desde esta posición, el volumen de recursos de que se dispone tanto de personal como de fondos públicos exige reconocer primero que la seguridad ciudadana se le salió de las manos alcaldesa, razón por la cual usted tiene que poner a funcionar un operativo que le dé el claro mensaje a los delincuentes de que sí existe autoridad y que Bogotá no es tierra de nadie.
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Si el asalto de edificios enteros de oficinas o de residencia, como ya ha sucedido, se repite, el costo para su administración es inmenso
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Si quienes la rodean no se lo dicen, es bueno que los ciudadanos del común le podamos transmitir lo que se siente actualmente en esta ciudad. La responsabilidad de que esta situación cambie sí es suya con la seguridad de que se le reconocerán sus esfuerzos. Pero si ya no se puede salir a la calle sin la posibilidad de ser víctima de un atraco; si el asalto de edificios enteros de oficinas o de residencia, como ya ha sucedido, se repite, el costo para su administración es inmenso. Si por el contrario, la ciudadanía siente que usted reconoce esta crisis adicional a las otras que ya estamos viviendo, tenga la seguridad de que la ciudadanía la apoyaría. Por favor que se vean acciones rápidas y contundentes en este campo de la seguridad ciudadana.
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