Una vez conocida la queja pública contra el alcalde de Sincelejo, Jacobo Quessep Espinosa, por la inversión de más de $ 9 mil millones de un préstamo internacional para la adquisición y modernización de semáforos, se regó como pólvora la molestia de los ciudadanos, que no ven con buenos ojos tal decisión administrativa, porque el deterioro vial es evidente en esta ciudad.
Si bien, uno de los argumentos de Quessep Espinosa sobre el cuestionado proyecto de semaforización, es la alta tasa de accidentalidad vehicular, no es menos cierto, que los conductores se quejan por el grave estado de las vías.
Según se conoció, la Alcaldía de Sincelejo adelantó un préstamo internacional para dar cumplimiento al compromiso con el Sistema Integrado de Transporte de semaforizar 82 puntos.
Jacobo Quessep Espinosa, firmó la interventoría del polémico proyecto, el 28 de diciembre de 2016 por más de 700 millones de pesos; el contrato de adquisición y modernización de los semáforos con la firma Smart Mobility & Security S.A.S, el 30 de diciembre de la misma vigencia por más de 7 mil 397 millones de pesos y el 6 de marzo de 2017, un otrosí para la nacionalización de la adquisición y el pago del IVA por más de mil millones de pesos, que sumados ascienden a más de 9 mil millones de pesos.
Otro de los puntos neurálgicos que llaman la atención, es que pese a que se firmó el acta de inicio el 27 de marzo de 2017, va más del 33% del tiempo establecido para ejecutar el contrato, que se fijó en nueve meses; sin que se conozca el comienzo del costoso proyecto.
El proyecto contempla, suministro, instalación, modernización y operación de 77 intersección semafóricas, 42 nuevas y 35 existentes que serían modernizadas; interconexión y manejo conjunto desde una central semafórica por parte de personal del municipio, capacitado por el contratista. A su vez, contaría con 78 videos detectores, 23 kilómetros de fibra óptica, demarcación horizontal y señalización vertical.
Así las cosas, los conductores de Sincelejo han alzado su voz en protesta en redes sociales y algunos pocos medios locales de los que no son callados o manejados por el Alcalde Jacobo Quessep Espinosa.
El inconformismo se centra en que ese recurso internacional producto de un crédito ha debido sumarse a los “cacareados” dineros que presuntamente se destinaron según el Alcalde Quessep Espinosa a arreglar 100 calles, obras que todavía no han iniciado.
Según los conductores, en Sincelejo no se requieren semáforos porque no se puede transitar a altas velocidades, debido al mal estado de las calles que ocasionan el deterioro de los vehículos y accidentes de tránsito.
La polémica no para ahí, sino que se conoció también que la firma contratada en Neiva donde ofreció el mismo servicio en el 2014, presenta cuestionamientos por parte de la Contraloría Municipal, la cual en una auditoría de modalidad especial de diciembre del 2016, hizo unos hallazgos de connotación administrativa y un eventual detrimento al patrimonio, sin contar que después de tres años no se logró la modernización tecnológica de punta ni la capacitación al personal del ente territorial, tal como lo establecía el objeto del contrato del Huila, similar al de Sincelejo.
Lo paradójico de la situación es que Jacobo Quessep reconoce a la prensa local que la malla vial está deteriorada y lo que va invertir no es suficiente.
Por eso la pregunta, ¿por qué no prioriza la inversión? Sí la comunidad no quiere semáforos, menos de una firma cuestionada y que no cumple, de paso mejora la malla vial no con 100 calles sino con más de 150 vías urbanas y disminuye los índice de accidentalidad. De tal forma, que Sincelejo vea que los dineros sí se saben invertir y no que se hacen rebajas onerosas de los impuestos a los ricos, no se roban el erario y deja de usar la otra excusa “que de diez sólo dos contribuyentes cancelan los tributos en Sincelejo”, como lo afirmó el señor Alcalde en días pasado en el periódico El Meridiano de Sucre.