Que la calidad del aire en Medellín va por buen camino, que el índice de la calidad de vida mejoró durante su periodo de gobierno como no había ocurrido anteriormente y que su símbolo de campaña, la seguridad, ha recuperado muchos barrios y sectores de la ciudad es lo que pregonó el alcalde en su rendición de cuentas, a un poco más de nueve meses de dejar su cargo.
Según, Federico Gutiérrez, el incremento de la percepción está relacionado con las estrategias que se han desarrollado, en términos de acceso a la educación, vivienda digna y atención a la población más vulnerable. Lastima que los medios y los ciudadanos hayamos sido testigos de:
- Los errores ortográficos en vallas publicitarias con una inversión de más de 100.000 millones de pesos, con ejemplos como: "cemáforos", "mobilidad" y "Alcadía".
- La bodega de Fico: creación de cuentas falsas en redes sociales para atacar a sus opositores y hacer campaña a los candidatos del Centro Democrático para el Congreso, orquestado desde la Secretaría de Comunicaciones de la Alcaldía de Medellín.
- Aunque criticó a los mandatarios anteriores por sus salidas al exterior porque observaba que estos viajes internacionales dificultaban la gobernabilidad de la ciudad, casualmente se convirtió en el alcalde más viajero: 29 viajes a 28 ciudades de 15 países, solo hasta diciembre de 2018.
- Hizo campaña desde que fue candidato y la mantiene en su periodo de gobierno.
- Investigado en los Panama Papers o Papeles de Panamá por paraísos fiscales (investigación internacional que develó inversiones por lavados de activos).
- Invertir más de 130.000 mil millones de recursos públicos en publicidad entre 2016 y 2017 para seguir haciendo crecer su imagen política. De acuerdo con la FLIP, es el gasto más grande de una alcaldía en el país.
- Su principal alfil de la lucha en seguridad, Gustavo Villegas, resultó negociar bajo cuerda con los grupos delincuenciales de la ciudad, lo cual desencadenó en su captura por parte de las autoridades, aunque paradójicamente la seguridad fue y es su bandera de campaña.
- Hacer campaña con la población de discapacidad y dejarla por fuera hasta del Plan de Desarrollo, denominado “Medellín Cuenta Con Vos”.
- Ser citado ante la Corte Constitucional por la cantidad de desplazamientos que ha habido durante su periodo de gobierno y la poca atención a la población víctima.
- Ser famoso por vanagloriarse por redes sociales.
- Reducir la inversión en los programas del Inder.
- Reducir la inversión en los programas de Buen Comienzo.
- Reducir a la mitad la inversión social para “generar” logros en seguridad, pero en 2018 hubo 602 homicidios en el año.
- Fallarle a las víctimas de la escombrera a las que les prometió airadamente continuar con las excavaciones.
- Tener en su administración cuotas políticas uribistas y fajardistas, para alguien que en campaña decía ser totalmente independiente.
- Parecer un lacayo del sindicato antioqueño.
- Dejar por fuera del presupuesto a las principales organizaciones que ya venían trabajando en la ciudad.
- Cambiarle el sentido al Museo Casa de la Memoria y afectar el proceso de reconstrucción colectiva de lo que ha ocurrido en el Valle de Aburrá.
- Comprar un helicóptero que le costó a la ciudad más de 6 mil millones de pesos, ¿cuánto costará el mantenimiento diario de este aparato con recursos públicos?
- Dejar, de manera irresponsable, a 24 familias de los Ranchitos de la Iguaná sin vivienda. Dentro de los que hay 55 menores y adultos mayores que solo encontraron ese sitio para vivir, ya que se encontraban en situación de desplazamiento.
- Hacer lo que hace cada administración, algo que se creería que no iba a pasar con alguien tan “independiente”: sacar a más de 200 contratistas del Inder, sacar a más de 200 empleados de Sapiencia, sacar a todos los empleados de Plaza Mayor con persecución.
- Por omisión: no plantear el debate claro y de frente a la ciudadanía sobre la realidad de las personas que están afectados por el Plan de Ordenamiento Territorial, que tiene en vilo el patrimonio de personas de todas las comunas en la ciudad.
- No desarrollar ni el 50% de su Plan de “Desarrollo”. Hasta sus financiadores de campaña deben estar decepcionados.
- Silencio sepulcral sobre uno de los escándalos de corrupción más grandes que sacudió a EPM, con el más de medio billón de pesos que se perdió con Aguas de Antofagasta.
- Faltar a la promesa que le juró cumplir al barrio que lo vio crecer, su querido Belén. La Quebrada La Picacha una obra que aseguró que iba hacer para que no volvieran a ocurrir desastres naturales como el del 2011, el cual le quitó la vida a un joven de 20 años.
- Autoproclamarse el alcalde de la gente y gobernar, única y exclusivamente, para los intereses de sus compromisos políticos.
- Paseos colectivos programados por la Secretaría de Participación Ciudadana con más de 100 ediles para la isla de San Andrés con la módica suma de 1.500 millones, aunque de esta cartera digan que costó 238 millones de pesos, a quien promovía la austeridad.
- Desaparición de los habitantes de calle durante la estadía del papa Francisco, como cada vez que hay un evento de gran ciudad. ¿A dónde se los llevan?
- Salir a cuestionar la justicia con semejante exsecretario de seguridad. Para salir a hablar de moral no se debe tener cola.
- Comunicadores en la alcaldía que no facilitaban el acceso de la prensa a los secretarios y que nunca fueron flexibles para el trabajo de la prensa.
- Falta de intervención a Metrosalud, la entidad que atiende a la población más vulnerable.
- Medidas restrictivas con pico y placa para mejorar el medio ambiente, e incluso tuvo la decencia de felicitar al presidente de Ecopetrol por el servicio que estaban prestando para mejorar la emisión de gases.
- Pasar a la historia como el alcalde que no ejecutó ni una obra, ni realizó una gran reforma, ni emprendió una gran acción por algo concreto.
- Lo último y quizás de mayor o menor relevancia para otros: decepcionar a la ciudadanía y contribuir al escepticismo político de los ciudadanos de a pie o del voto de opinión que ya no creen en nadie, y usted señor alcalde de promesas, contribuyó con eso a quienes votamos por usted.
Solo para cualquier desprevenido, quedaría en la memoria la perlita con la que concluyó una de sus intervenciones en la rendición de cuentas: “Esto demuestra que todas las acciones del gobierno tienen efectos en el mejoramiento del bienestar de nuestros ciudadanos”. Por eso nos seguimos preguntando ¿en qué ciudad vive el alcalde o habrá quedado obnubilado por las grandes urbes que visitó?