En los últimos meses el alcalde de Cúcuta, Jairo Tomás Yáñez, ha tenido que ver salir de sus despacho a nueve duros funcionarios. Las renuncias en su mayoría han sido por motivos personales, la más reciente fue de Francisco Javier Cuadros, ex secretario de Gobierno. En todo caso Yáñez no ha logrado cohesionar un equipo de trabajo, supuestamente también por su falta de conexión son secretarios y coequiperos.
La desbandada de funcionarios inició con la cabeza de Seguridad, María Fernanda Fuentes y le siguieron el de Educación, Arturo Charria la directora de la Oficina TIC, Constanza Eugenia Quintero; y el director del Centro Tecnológico de Cúcuta, Edwin Giovanni Rodríguez Pérez; Janeth Arenas, gerente de la terminal de Transportes de la ciudad. Aunque se ha buscado reemplazo en estas carteras, lo cierto es que tampoco duran mucho en el cargo. Incluso, la titular de Salud, María Constanza Arteaga fue suspendida por la Personería en abril.
Jairo Tomás Yáñez tiene además la presión encima de la subida de casos Covid-19, que lo llevó a declarar la alerta roja hospitalaria por la alta ocupación de camas de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Estaría incluso pensando en declarar restricción de movilidad mientras logra palear la pandemia en su ciudad.