Señor alcalde Dau, tuvo usted la oportunidad que otro mandatario jamás.
Le cerraron toda la ciudad por más de ocho meses continuos. Nadie en las playas, cero turismo, cero tráfico en el centro amurallado y en muchos otros barrios movilidad restringida.
Entiendo que la pandemia requería atención extrema y dedicada, pero así como tuvo tiempo para seguir cazando malandrines y peleas con concejo y otros entidades, también hubiese podido aprovechar esta oportunidad única e irrepetible para adelantar obras tan necesarias.
La avenida Santander, la primera vía que ven los visitantes en su arribo, llena de cráteres en muchos sectores. Las vías de Bocagrande, Manga y Pie de la Popa, además de los puentes que unen estos dos últimos barrios, en condiciones deplorables.
Por ejemplo, ¿qué tal reparar todas las callejuelas, adoquines y andenes del centro histórico (para dejarlo como la tacita de plata que merecen los turistas y lugareños)?
¿O por qué no aprovechar el impensable cierre de playas para sectorizarlas y adecuarlas, y documentar y organizar a los vendedores que en ellas pululan y que en últimos tiempos (antes de pandemia) eran motivo de vergüenza y riñas con turistas por el abuso constante de precios?
¿Por qué no, apreciado alcalde, diseñar una ciclovía y paseo peatonal que abarque toda la inmensa zona costera que nos privilegia (que empiece en Crespo, continúe por Marbella y Cabrero, siga al Centro, Bocagrande y Manga)?
Cuando vivía y caminaba por Marbella y alrededores veía a algunos turistas caminando desde el aeropuerto (con sus equipajes de mano) hasta el centro o barrios aledaños, disfrutando de la brisa y vista marina.
En fin, solo ideas de un ajeno a la política, pero con inmensas ganas de cambio.
