Alba Marina, era la consentida de Pablo Emilio Escobar. El capo del Cartel de Medellín siempre cuidó de su hermana, cuatro años menor que él, le enseñó a montar bicicleta, le enseñó a leer, le enseñó a nadar y ya cuando se convirtió en el zar de la coca, fue Alba Marina su contadora, quien le contaba los billetes de dólares que llegaban en cajas en las que inicialmente se empacaban tapas de inodoros.
Alba Marina Gaviria, quien se puso el apellido materno de primera para no cargar con el peso del apellido Escobar, limpiaba los billetes que le llegaban llenos de pantano, los organizaba y empezaba hacer cuentas a mano. Llegó un momento en que Alba Marina dejó de hacer las cuentas a mano y empezó a utilizar una calculadora que le regaló su hermano Pablo, pero esta no fue suficiente y ya se quedaba corta a la hora de hacer las cuentas de todo el dinero facturaba el capo.

La Hacienda Nápoles es recordada por Alba Marina, como el lugar donde iban desde políticos, hasta actores, músicos y personajes públicos. Tanto así, que era a ella, la hermana del dueño de la finca, a la que miraban "como un bicho raro". A Nápoles no le gustaba ir, ni a ella, ni a su cuñada María Victoria Henao, la esposa de Pablo Escobar.
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Meterse en política, según Alba Marina, fue el peor error que cometió su hermano mayor. Le advirtió que ese sería su fin, pues en el momento de lanzarse los ojos estarían encima de él y destaparían sus secretos y pasado criminal. Así sucedió.
Alba Marina asegura que su hermano no murió a manos del Bloque de Búsqueda, creado en el gobierno de César Gaviria, para capturar vivo o muerto a Pablo Escobar. Al contrario, antes de ser capturado, fue el propio Pablo Escobar el que se quitó la vida. Prefirió suicidarse antes de que lo mataran.
Vea aquí la entrevista a Alba Marina hecha por Rafael Poveda en su Podcast Más Allá del Silencio: