Como Coordinación Nacional de Organizaciones y Comunidades Afrodescendientes (Conafro) condenamos la desaparición y vil asesinato de nuestro compañero y hermano de lucha Ibes Trujillo Contreras, ocurrido entre el 10 y el 17 de julio, en la comunidad de Timba, municipio de Suárez, departamento del Cauca.
A Ibes lo desaparecieron cuando se encontraba en su finca. Llegaron tres hombres y una mujer que se lo llevaron a un lugar desconocido. Al otro día, las personas que estaban en la finca se comunicaron con los familiares de Ibes para informarles lo sucedido, y es así que la noticia corrió por toda la región y se denunció el caso a nivel nacional. Los Consejos Comunitarios de Comunidades Negras en el marco de su autonomía se declararon en asamblea permanente y definieron emprender la búsqueda conjuntamente con los familiares, la Guardia Cimarrona, la Guardia Indígena y la Guardia Campesina. La comunidad en movimiento se alertó y empezó la búsqueda para dar con el paradero de Ibes Trujillo y sus captores. Esto fue en vano y no se conoció más del líder hasta el día 17 cuando su cuerpo fue encontrado sin vida en la vereda las Brisas sobre el río Marilopez en Suárez (Cauca). Desde Conafro responsabilizamos a las llamadas disidencias de las Farc, que hacen presencia en nuestros territorios, de este cobarde asesinato.
Su muerte es una más de los líderes sociales afros que se suma a la máquina de muerte que padecen los luchadores sociales en Colombia. En el país, desde la firma del acuerdo de paz entre el gobierno nacional y las FARC, han sido asesinados más de 400 líderes sociales, defensores y defensoras de derechos humanos y de la madre tierra y se ha incrementado la persecución a las organizaciones de los pueblos étnicos, sociales y populares. La muerte de este hombre nos duele tanto por su trabajo y lo que representa para la familia Conafro. Ibes fue parte de las comunidades y procesos fundadores de nuestra coordinación, estuvo en las primeras reuniones de 2014, después de venir de diferentes procesos organizativos por la lucha de derechos de las comunidades afrocolombianas o negras articuladas con otros pueblos y sectores del movimiento social colombiano como campesinos, víctimas, obreros, trabajadores e indígenas.
Ibes es un ejemplo de lucha, entrega por su comunidad y tenacidad para construir una sociedad mejor. Su legado se ve reflejado en los diferentes procesos donde tuvo militancia política, siempre con un propósito de organizarnos como comunidades negras en la defensa de nuestros derechos. Ibes deja una memoria de esperanza y solidaridad con la paz de Colombia siendo impulsor de procesos como la Asociación de Víctimas Renacer Siglo XXI de Buenos Aires (Cauca), la Marcha Patriótica, la Coordinadora Nacional de Cultivadores de Hoja de Coca Marihuana y Amapola (COCCAM), el Comité Interétnico en Defensa del Territorio, los Consejo Comunitarios de la Cuenca río Timba Marilopez, y Audacia Brisas del río Agua Blanca, la Mesa Municipal de Víctimas, y la Coordinación Étnica Nacional de Paz (CENPAZ), integrante esta última de la Instancia Especial de Alto Nivel con Pueblos Étnicos que creó el acuerdo de paz para garantizar la incorporación del enfoque étnico en la implementación de los 6 puntos acordados en la Habana. Ibes estaba convencido de que este acuerdo era el inicio para la reconciliación y un avance para la creación de escenarios de tranquilidad en los territorios, ya que sentaba las base para un bienestar común en nuestras tierras y sus comunidades. Por eso fue un trabajador incansable por la paz.
A Ibes lo asesinaron los violentos que no quieren la paz, los que quieren adueñarse las tierras y desplazar a las comunidades, los que no están dispuestos a que se consolide el clamor social por la paz en Colombia. Aquellos que se oponen a generar condiciones de vida digna para las comunidades en sus territorios. Son los mismos que persiguen y asesinan a los líderes sociales, ambientales y populares que luchan por el buen vivir para todos y todas. Hoy exigimos claridad, verdad, justicia, garantías de no repetición y castigo ejemplarizante para los responsables del asesinato de Ibes. Es tiempo ya de que pare la ola de persecución, intimidación y asesinato a los líderes de nuestras comunidades. Trabajar por condiciones de vida digna en Colombia no puede verse como un delito de pena de muerte. Ni un líder social más asesinado solo por pensar diferente. Tenemos que avanzar, a pesar de los señores de la guerra y sus negocios y miedos, hacia una sociedad más justa en Colombia.
Finalmente, como hermanos y hermanas afrodescendientes extendemos nuestro sentimiento de solidaridad y fraternidad a los familiares y amigos de Ibes Trujillo Contreras, y en general al pueblo Timba y Suárez (Cauca) que sufre una lamentable pérdida. Seguimos convencidos de este sueño de libertad y autonomía para los pueblos, sembrado por Ibes y miles de nuestros ancestros negros afrodescendientes desde hace cientos de años