Este año el programa del festival se ha concentrado en tres músicos notabilísimos por su producción musical. Se trata de Haydn, Mozart y Beethoven quienes conformaron lo mejor de la época del clasicismo y del romanticismo en los siglos XVIII y XIX.
Franz J. Haydn nace en 1732 y fallece en 1809. Cuando nace Mozart, Haydn tenía 24 años y cuando nace Beethoven se acercaba a los 40 años. Como es bien conocido Mozart muere muy joven en1791, cuando Beethoven tenía 21 años y Haydn se acercaba a los sesenta. Beethoven muere en 1827.
Lo interesante del mensaje del Festival es recrear una época rica en composiciones musicales que sirvieron de base para la estructuración y evolución de los compositores que siguieron su huella y fueron evolucionando hasta principios del siglo XX. Se trata de una época de obras creadas en un período de ochenta años, del cual existen el mayor número de grabaciones de la inmensa producción de estos tres genios.
La programación es tan nutrida que solamente podré hacer referencia rápida a algunas de las presentaciones. La agrupación invitada es la orquesta de cámara de Munich, a la que me referiré con detalle posteriormente. Por lo pronto resumo lo escuchado el domingo, que incluyó solamente música de Beethoven. Una sinfonía, la octava; un concierto para piano y orquesta, dos cuartetos de cuerdas y tres sonatas para piano solo.
En la mañana el pianista alemán Rudolf Buchbinder deleitó a los asistentes con una interpretación de gran maestro tocando tres famosas sonatas. La Patética, Claro de luna y Apasionata. En la tarde el cuarteto Schumann, conformado por músicos muy jóvenes sorprendió a la audiencia con su sonoridad, seguridad y excelente interpretación de los cuartetos opus 59 No. 1 y el complejo Opus 130 No. 13, que con sus seis movimientos “desconcierta por su extrema variedad y talante innovador”, producto de la última época del genial sordo. El cuarteto de cuerdas es la máxima expresión de la música de cámara. Normalmente los grupos distinguidos a nivel internacional llevan muchos años compartiendo su talento. Esa es la razón para mencionar la sorpresa que produjo en el auditorio del Hotel Santa Clara la aplaudidísima actuación de este cuarteto.
Para cerrar la programación con altísima calificación el pianista brasilero Nelson Freire, mostró todo su conocimiento y experiencia en el famoso concierto “Emperador” No. 5. La orquesta de Cámara de Munich realizó el perfecto trabajo de acompañamiento del solista. Freire es el invitado de mayor categoría internacional que está en Cartagena. Así lo confirman sus compromisos para los primeros meses del 2018 que incluyen conciertos en Suiza, Paris, Lyon, Valencia, Melbourne, Sídney, Berlín, Ámsterdam.
El día de Mozart
El lunes 8, los tres conciertos estuvieron marcados por las partituras de Mozart. En la mañana música para piano solo, en la tarde cuartetos para cuerda y en el Teatro Heredia por la noche presentación de la orquesta de cámara de Munich.
La reseña empieza, al contrario, dado que la actuación del pianista alemán Martin Stadtfeld resultó sobresaliente. Interpretó el concierto para piano y orquesta No. 20 de Mozart K466 que fue terminado el mismo día en que se produjo su estreno en Viena. El solista es un hombre altísimo y elegante, cuyas piernas difícilmente caben debajo del piano, por lo que su postura es un poco singular, casi desabrochada. Parecería que estuviera estudiando en su casa. Pero, cuando pone sus dedos sobre el teclado, el oyente se olvida de detalles intrascendentes y los preciosos sonidos que salen del instrumento, comunican una sensación de encanto auditivo. Toda su actuación fue perfecta, destacándose la “cadenza” del primer movimiento y la Romanza del segundo, que es una melodía bellísima popularizada en lugares públicos. El director de la orquesta sabe modular el sonido de sus cuarenta integrantes para que sirvan de perfecto complemento al solista. No había una silla desocupada en el recinto y la ovación fue estruendosa.
Las notas de programa indican que este artista “en los últimos diez años, se ha posicionado como uno de los mejores intérpretes de las obras de Juan S. Bach y la música del romanticismo”.
La primera parte del mismo concierto permitió el lucimiento de la orquesta en la Sinfonía 36, K425 denominada “Linz” ciudad en la que se estrenó en 1783. De nuevo guardo los comentarios sobre el joven director, para un próximo artículo.
En la mañana la sesión de piano terminó con la sonata 14, que fue precedida por algunas piezas del cuaderno de apuntes del compositor, cuando visitó Londres como niño prodigio.
El cuarteto Schuman demostró nuevamente su excelente aptitud para este tipo de música en los cuartetos K173 y K387.