Con el reciente paro de taxistas, el Gobierno y especialmente el Ministerio de Transporte están demostrando su miedo ante estos. Al final, a los taxistas se les está permitiendo legislar sobre el transporte, todo en cabeza del señor Hugo Ospina. Además, estos mismos se están adjudicando la potestad de inmovilizar vehículos, sacar panfletos, anunciar "bloques de búsqueda", hacer operativos, retenes, incluso están amenazando a los Alcaldes, valiéndose de lo numerosos que es su grupo para presionar que se creen normas a su favor, a cambio de no bloquear las calles. En pocas palabras, el Gobierno, tanto nacional como local está perdiendo poder frente a los taxistas.
Por otro lado, pronto se saldrá de las manos el tema de las plataformas digitales, porque en Colombia no solo existe Uber, sino también Cabify, WayCali, Mobiliza, VoyConCupo, Udrive, Fuimonos e incluso uShip para transporte de carga, entre otras que están por surgir. Frente a este panorama, ¿el gobierno no ha pensado que quizá lo digital toma cada día más fuerza, que estamos frente a una revolución del transporte y surgirán más aplicaciones, más conductores y más usuarios? Quizá tampoco ha pensado en que si mejoraran los salarios, redujeran el costo de la gasolina (que debería costar, como máximo 4.000 pesos incluyendo impuestos), hicieran más económico el servicio de la revisión tecnomecánica, o el dinero de impuesto automotor se fiscalizara para que use en lo que es y alcance el dinero, la cosa sería distinta.
También, si obligaran a los taxistas a respetar los taxímetros, si regularan los taxímetros, si fuera norma de circulación tener un vehículo aseado, en buenas condiciones, con conductores bien presentados, que vayan a donde el usuario le pida así hayan trancones o no les guste el destino, si prohibieran conductores armados que hacen recargos ilegales, posiblemente ni los conductores de estas aplicaciones tendrían que trabajar en ello para ayudar con el pago de todas las obligaciones de un carro y quizá los usuarios no tendrían que buscar alternativas de transporte. De hecho, tampoco han entendido que Uber no es una empresa de transporte, es un plataforma que acerca a un ciudadano que tiene que ir a algún lado con un conductor que va para allá.
Y los taxistas no han entendido que el problema de los costos de los cupos no es culpa de los conductores Uber (que igualmente son gente con necesidades económicas) sino de ciudadanos como Hugo Ospina y Uldarico Peña, quienes monopolizaron el negocio y aumentaron las tarifas a niveles escandalosos.
No puede ser que el Ministerio de TIC tenga el propósito de modernizar al país, sacarlo del rezago digital, levar tecnología a todos los rincones, pero el Ministerio de Transporte, no se sabe por qué motivos, quiera evitarlo y continuar con una nación atrasada. Señores del Ministerio, no habrán menos aplicaciones, surgirán más, al igual que usuarios y conductores.
Con esta situación el gobierno está demostrando que cualquier colectivo con poder de votos puede doblegar al Estado, puede desafiar y no tendrá repercusiones, y le está enviando un mensaje a cada actor de este tema: a quienes quieran innovar en tecnología le están diciendo que está muy bien, siempre que no intenten competir en un negocio establecido; a los usuarios se les está diciendo que deben aguantar el servicio de transporte tradicional así este sea deficiente y cómo deben gastar su dinero; a empresas de tecnología que no se les ocurra invertir y operar en Colombia porque no queremos innovación; a conductores que no busquen otras fuentes de ingresos así su sueldo no les alcance para cubrir perfectamente sus necesidades y al gremio de taxistas que aquí no manda el Presidente, su gabinete y las autoridades, sino ellos.
