¿Se acuerdan del Festival de la Cumbia, que se llevó a cabo el 14 y 15 de agosto, gracias a la ardua labor de las herederas del maestro José Benito Barros? ¿Se acuerdan qué la cumbia fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación por la Ley 1701 de 2013? ¿Qué 2015 es el año de José Benito Barros, por el centésimo aniversario de su natalicio? ¿Recuerdan que escribí un blog en el que recordé queesa misma ley obliga al gobernador del Magdalena y al alcalde de El Banco a garantizar la financiación de ese trascendental evento para la cultura de nuestro país?
Pues bien, pa’ los que no se acuerdan, les cuento que pocos días antes de que se realizara esperado Festival de la Cumbia, la Gobernación apenas había dado $20 millones de aporte, como si se tratara de una limosna y no una obligación de ley, ¡y hasta una obligación moral! ¡De Respeto por el Magdalena! Mientras que la Alcaldía de El Banco se había comprometido, mediante un convenio, al pago de $50 millones de aporte, de los que ya había dado un avance del 50 %. Después de escribir aquel blog, confieso que me sentí ilusamente un poco contento, pues el gobernador del Magdalena salió al paso y, en medios de comunicación, dijo a boca llena que no solo eran $20 millones pa’l Festival, pues él ya tenía “presupuestados 50 millones más, sumado a la transmisión” del evento por Telecaribe que, supuestamente, también la habían financiado ellos.
Hoy ya ha pasado un mes y medio desde que, en El Banco Magdalena, los colombianos le rendimos homenaje a quien fue el compositor más importante de la historia de nuestro país. Y hoy, además, se cumple también un mes y medio desde que el Gobernador del Magdalena, Luis Miguel ‘el Mello’ Cotes, le lleva mamando gallo a la memoria del maestro, porque no contento con haberle bailado la cumbia, ahora le baila el indio a sus hijas.
A Veruschka, directora de la Fundación José Barros Palomino, le ha tocado coger 5 horas de carretera en no menos de cuatro ocasiones desde que el Festival se realizó –rebajándose a la penosa condición de tener que rogar por plata– para hacer valer el derecho de Ley, persiguiendo a funcionarios que nunca están en sus oficinas, para que les den los famosos $50 millones que, supuestamente, estaban disponibles para pagar las deudas que dejó el evento.
Es bueno que los 4 gatos que me leen sepan que las hijas del maestro Barros, que viven y respiran cultura, luchan por mantener vigente la memoria de su padre, de quien cada colombiano tiene el deber de conocer y sentirse orgulloso. Y que estas mujeres, que son bien guerreras, no están pidiendo limosnas, ¡están pidiendo lo justo! ¿O es que quién les va a pagar los $170 millones que la Fundación aún debe a artistas, sonidistas, logística, y decenas de cosas más para hacer realidad el espectáculo que todos pudimos apreciar?
Ya es hora de que cojamos al gobernador y lo pongamos en su puesto. ¡Póngase serio Mello Cotes! Sea caballero y por lo menos cumpla las palabras que dice a través de los megáfonos mediáticos en los que dice cualquier pendejada que se le ocurre pa’ salir del paso. ¿Dónde están los dineros de la cultura? ¿Dónde está la plata que se merece la Cumbia?
¡Aún guardamos esperanzas! Y que ojalá no venga a salir con el mismo cuento de la financiación de la trasmisión de Telecaribe, que falsamente dijeron que les había costado 30 y pico millones, porque esa transmisión ni siquiera lo financiaron ustedes, sino la Autoridad Nacional de Televisión, ¿o dónde dice Gobernación del Magdalena aquí?
¡Pilas Gobernador!… Hasta ahora los magdalenenses creemos que cuando le hacen ver las cosas, las soluciona de una. ¡Así lo hizo con la pequeña Daniela!, no deje que esta situación lo empañe, y salga el 31 de diciembre con la mala imagen, además, ¡de ser un gobernador mentiroso!
