Algo que admiro en el señor Petro es la ecuanimidad para enfrentar cada situación. Aún, en sus momentos más críticos, siempre ha dado muestra de una altura profesional que poco se ve hoy día.
Hace unos años tuvo que irse a tratar al extranjero por una experiencia inexplicable con un medicucho que lo increpó delante de todos, justamente un tipo que pisoteó el juramento hipocrático por una actitud poco profesional.
En cuanto a su vida personal y profesional, le han creado toda una serie de vainas que quizás a otro menos sereno lo hubiera sacado de quicio.
Todas las artimañas posibles las ha vivido con total imparcialidad y un don de gentes que ya poco se ve en este país.
Hay serias sospechas de fraude en las recientes elecciones presidenciales, así como en las pasadas donde el impostor terminó por demostrar que sólo vino a cumplir un rol como un gerente a beneficio de unos pocos y ya está presto a marcharse dejando al país peor que antes.
El señor Petro ha mantenido total silencio demostrando que se mantiene en su línea original, no ha cometido la imprudencia de emitir un juicio al respecto para evitar una reacción colectiva en los millones de seguidores que tiene.
Esto podría ser utilizado por la justicia a la medida y parcializada para detenerlo con cargos improvisados excusándose en que invita a alterar el orden público.
Honestamente, es mucho estadista para la miseria mental de un país que ha perdido toda dignidad.
Por el otro lado, pensamos que la tanda que infló a la brava al señor Hernández como contrincante directo de Petro debe estar arrepentida porque no esperaban que el tipo pisoteara de esa manera fea lo que pretenden ponerle en sus hombros, incluyendo que podrían pasar por alto su pasado.
Si ellos se sienten representados en este señor, entonces estoy de acuerdo en una frase que escuché hace algunos años: “En este país hay mucho poder político y económico en las manos incorrectas”
No sabemos lo que pueda suceder en la próxima vuelta, pues, no creo que esta vez se pase por alto la tendencia del fraude como se ha visto denunciado en redes con tanta claridad.
Si la duda estuviera del otro lado, ya estaríamos viviendo un golpe de Estado por parte del ejército, una moción de expulsión por parte del Senado y toda la prensa propiedad de los que tienen al país en el lugar que lo vemos estaría desgañitándose de dolor y rabia.
Repartirían al mundo entero la acusación del fraude, pero como, en este caso, es la contraparte, entonces la cosa funciona a la inversa, silencio absoluto y procurar el olvido pronto, como acaeció con las elecciones del 2018.
Estuve viendo los programas del señor Petro y honestamente pienso que intenta recuperar a un país secuestrado, volver a generar la credibilidad en la figura política de la presidencia y estimular la economía.
Por lo anterior es difícil entender la posición de industriales, comerciantes, ganaderos y campesinos opuestos a esto como si ellos no estuviesen sufriendo el fenómeno actual de inseguridad y desequilibrio económico que dará al traste con muchos de ellos.
Los programas del otro lado no existen, el señor Rodolfo realmente no tiene nada que ofrecer y por ello se escuda en cositas escandalosas y salidas en falso. Sí sabíamos que con Iván Duque era malo, con este será peor, no lo dudemos, incluso, para quienes le apoyan.