Después de diez años al frente de la Arquidiócesis de Cali, el reconocido obispo monseñor Darío Monsalve se retiró del cargo y cuando cumplió los 75 años, el Papa Francisco nombró en su reemplazo a monseñor Luis Fernando Rodríguez, el cambio se oficializó el 21 de abril de 2022. Monseñor Rodríguez trabajó con Monsalve durante diez años y como nuevo Arzobispo asumió la responsabilidad de la gestión del cementerio Metropolitano de Cali.
A monseñor Monsalve le tocó enfrentar el estallido social de finales de 2019 y comienzos de 2020 y durante las protestas jugó un papel de mediador. Su actuación ayudó a desescalar el conflicto en la capital del Valle, sin olvidar que su trabajo también buscó sanar las heridas de la disputa. Una vez dejó Cali, Monseñor fue llamado por Gustavo Petro para ser parte del equipo negociador del Gobierno con el ELN.
Es necesario recordar que además de orientar a los creyentes o presidir celebraciones eucarísticas, los arzobispos tienen responsabilidades administrativas. La Arquidiócesis de Cali, por ejemplo, es la responsable del manejo de varios cementerios católicos, administrar las propiedades de la Iglesia y encargarse de los ritos funerarios de los parroquianos. En consecuencia, los arzobispos de Cali deben dar cuenta del manejo de sus funerarias y cementerios como el Metropolitano del Sur. En 2021, el responsable de los bienes de la Iglesia católica en Cali era monseñor Darío Monsalve.
Durante ese mismo año, el Superintendente Andrés Barreto González abrió una investigación contra la Arquidiócesis de la capital del Valle. La indagación fue una respuesta a las quejas hechas contra la administración del camposanto Metropolitano.
La investigación de la Superindustria sobre el cementerio
Las investigaciones comenzaron cuando una visitante descubrió que su hermana no estaba en el lote prometido. El asombro se produjo por el pacto hecho entre el padre de la involucrada y la Gerencia del camposanto. El pago del lote fue a perpetuidad, es decir, según la involucrada, su hermana debía estar en el Lote No 155. Esa no fue la única sorpresa, pues cuando la afectada preguntó a la administración por su familiar, se llevó otra sorpresa: a su hermana la habían exhumado por error. Las dos noticias se convirtieron en una denuncia.
La Superindustria se propuso indagar lo ocurrido con el Lote y también quiso averiguar cuántos eran los casos parecidos, así como las características de las irregularidades. En primer lugar, los investigadores encontraron fallas en los contratos firmados entre los clientes y la funeraria durante los años 2021 y 2022.
En relación con los contratos, los funcionarios gubernamentales consideraron que los clientes no tenían la información necesaria para entender el protocolo utilizado en el camposanto, es decir, en los papeles faltaban varios detalles importantes y los compradores fácilmente se podían llevar sorpresas, por ejemplo, enterarse de que no podrían arrendar el espacio comprado al cementerio así lo quisieran.
Otro hallazgo de la Superindustria se refiere a que en los documentos había cláusulas anexas, que si bien, no eran abusivas, sí perjudicaban a los consumidores en la medida en que restaban responsabilidades a la funeraria. En otras palabras, en la cremación del cadáver, los familiares se podían enterar de manera inesperada sobre la necesidad de hacer un pago extra, por ejemplo, pagar el osario por no estar incluido en el servicio. Sin olvidar el problema de la espera del cadáver, con la información y las evidencias, la Super podía sacar un veredicto.
La multa de la Superindustria
Después de mirar los diferentes casos denunciados a lo largo de tres años: 2021, 2022 y 2023, la Superintendencia de Industria y Comercio, ya en cabeza de Cielo Rusinque multó a la Arquidiócesis de Cali por $ 262.600.000. La amonestación quedó en firme mediante la Resolución 1283 de 2024 expedida el 30 de enero de 2024 y quien tendrá que responder es el arzobispo Luis Fernando Rodríguez Velásquez.
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