Por ahora, para la alcaldía de la capital caucana no se vislumbra un candidato que ofrezca totales garantías y la confianza plena como para hacer una gestión admirable por Popayán. No se conocen propuestas como para una gerencia de alto nivel ciudadano, a pesar de que quienes se han presentado tengan buenas cualidades personales o profesionales.
El senador Luis Fernando Velasco, por ejemplo, sigue empecinado en imponer a su hermana como candidata a la alcaldía; una señora sin ángel y aún de desconocidas condiciones como para liderar un proyecto moderno y progresista de ciudad (al menos de manera pública). Será bien recibida entre adeptos a su padrino-hermano y bajo la sombra de acuerdos políticos. Pero su nivel de opinión y reconocimiento en los sectores independientes deja, hasta ahora, mucho que desear. De allí que sea una candidata difícil de vender, que requeriría de una enorme inversión para lograr un electorado cautivo.
Lazos familiares que matan
Esos lazos familiares con sabor a nepotismo y desprecio por valiosos profesionales que bien podrían ser buenos candidatos, generan más rechazo que apego. La molestia en tantos sectores es evidente, mucho más entre los independientes. Por lo tanto, el riesgo de esa opción es preocupante, y podría hacerle daño al congresista que ya había logrado cierto aprecio popular, pero que ahora se presenta ni más ni menos que como un político tradicional, con las mismas mañas que la opinión pública tanto detesta, y enviando un mensaje confuso más de voracidad que de poder. Si nos atenemos a las supuestas encuestas que por allí muestran, le iría muy mal. Pero no son muy confiables. Veremos qué tanto funciona el poder con el apoyo del Gobierno Nacional y departamental. ¿Serían esos votos realmente libres, de criterio o a conciencia, por alguien admirado y brillante?
Las últimas elecciones regionales dieron una gran lección hoy con enormes secuelas. Fueron derrotados los más poderosos barones caucanos (Iragorri, Salazár y sus conservadores, Jesús Ignacio García y Esmeralda Sarria). Menuda paliza a una clase política enquistada. Y de ello deben aprender estos políticos tradicionales que aún se creen dueños de la voluntad de la gente.
¿Se crece el enano?
Hay un candidato a la gobernación del Cauca, por ahora poco conocido, pero que está recogiendo una buena porción de la opinión y el electorado independiente, al menos, en cuanto a afectos se refiere. El aparentemente desconocido señor Gilberto Muñóz Coronado, avalado por la fuerzas de convergencia que llevaron al poder al actual gobernador y por el movimiento alternativo Mais, se les está creciendo en medio del descuido político y el acostumbrado desprecio de la vieja política. Les podría dar una gran sorpresa o al menos minar al candidato del establecimiento. La tienen muy dura de nuevo Velasco y el gobernador, aunque al primero seguramente poco le importe ya que el Partido Liberal no pudo tener candidato propio, sino que está obligado a apoyar a uno prestado, a cambio de respaldar a la candidata de una casta familiar.
Apostillas: "El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente", Lord Acton.